Ésta es la historia de una señora que tiene cuatro personalidades, la suya y tres más completamente diferentes. Lo curioso del caso es que su personalidad propia es compleja, a veces está triste, a veces contenta, a veces enfadada y otras melancólica o aburrida o estresada, etc. Vamos, como todo el mundo.

Pero hete aquí que las otras tres personalidades de la dama en cuestión, una de las cuales es masculina, son de una simplicidad alucinante. Cuando está en modo "tío macarra" no hace otra cosa que hacer el macarra, matices cero, el tío es un impresentable lo mires por donde lo mires. Igualmente cuando hace de quinceañera zorrón simplemente hace de quinceañera zorrón, esa muchacha no parece tener otra faceta en su vida que ésa. Por no tener variedad, no le varía ni el peinado, incluso juraría que la ropa es siempre la misma. Y lo mismo pasa cuando hace de ama de casa de los 50, que ni varía un ápice el aspecto ni el ánimo ni un gesto; siempre igual.

Y esto es a lo que algunos llaman sin pizca de ironía "guión genial de Diablo Cody", que es la primera que debe de estar partiéndose de la risa de pensar que después de "Juno" la hayan elevado a los altares de la profesión aunque se dedique a hacer chorradas de éstas como churros.

Señores, no pasa nada por tener doble o triple o cuádruple personalidad, pero no es mucho pedir, creo yo, que todas esas personalidades tengan sus matices propios, sus correspondientes variaciones de ánimo, su evolución natural, y no este ramillete de estereotipos rígidos y caricaturescos que son las supuestas personalidades múltiples de la tal Tara. La serie hubiera ganado un montón y podría llegar a ser incluso aceptable. Eso sí, el nombre le viene que ni pintado, menuda tarada.