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España España · Córdoba
Voto de Talía666:
9
Comedia A sus cuarenta años, Lee Simon siente que no le ha sacado suficiente partido a la vida. Escribe artículos sobre viajes y entrevistas con personajes del mundo del espectáculo, pero sueña con publicar una novela o un guión cinematográfico que incrementen su prestigio. El problema es que, tras su divorcio, se mueve en un ambiente demasiado frívolo y superficial. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dice mi amiga Valdemar que ha descubierto que puede pasarse un sábado metida en casa viendo pelis y sentirse más feliz que una perdiz. Yo voy más lejos aún. Para mí el sábado noche perfecto consiste en: sofá, mantita, copa de buen vino tinto, mi contrario roncando en el sofá de al lado, los niños jugando en el patio y mi Manolo enroscado junto a mí hecho un ovillo. Y una sesión doble, triple o cuádriple de Woody Allen. Vamos, exactamente lo que fue la noche de este sábado.

Ponían en el Plus-comedia una sesión maratoniana allenmaníaca, compuesta por "Celebrity", "Todos dicen I love you" (por cierto, vaya cagada de traducción), "Desmontando a Harry" y "Granujas de medio pelo", todas ellas consideradas por los críticos "Allen menores", pero que por muy minúsculas que sean con todas te partes el culo. Joder, qué gusto saber que te vas a hartar de reir durante horas sin la menor duda.

Empezamos la sesión con "Celebrity". Blanco y negro. Bien, a Woody el blanco y negro se le da muy bien. A mi contrario también; se duerme prácticamente al segundo fotograma. Kenneth Branagh hace muy pero que muy bien de alter ego del director, pero en este caso estamos ante un escritor fracasado, desastroso en sus relaciones con las mujeres y a la constante búsqueda de inspiración, de un editor o de una estrella de cine que quiera interpretar alguno de sus guiones. Paralelamente su ex-esposa inicia un recorrido vital apasionante que la lleva de ser una triste y aburrida profesora de literatura a convertirse en gran estrella de la televisión. Por el camino ambos se van codeando con todo tipo de celebridades y aprendiendo a defenderse en el difícil mundillo de la fama.

Aparte de una interesante reflexión sobre la celebridad, como de costumbre la risa está garantizada. Escenas antológicas son las de la prostituta que enseña a practicar una felación a Judy Davis con un plátano; o la del cine, cuando la misma Davis le monta tremendo pollo a Branagh en mitad de una película por haberla abandonado.

Al final de la peli, la típica musiquilla de jazz alleniana con los títulos de crédito y esa sonrisita tonta en los labios que se nos queda siempre que hemos pasado un buen rato de cine, pero con la particularidad (oh, gran dios, gracias por regalos como éste), de que esta vez nos espera más, y más y más. Una sobredosis si queremos.

Y entonces nos levantamos a preparar un piscolabis (pisquilabis, que se dice por mi pueblo) y a rellenar la copa para seguir la sesión.

Ps. Ah, mi Manolo es mi perro.
Talía666
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