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Voto de miguelyllo:
7
Drama. Romance ¿Con qué sueñas cuando tienes 16 años y viven en un pequeño pueblo de la costa de Normandía en los años 80? ¿Con tener un mejor amigo? ¿Con hacer un pacto de amistad que dure para siempre? ¿Con correr mil aventuras en barco y en moto? O quizás sueñas con la muerte... Las vacaciones de verano acaban de comenzar y esta historia cuenta cómo Alexis empieza a crecer. (FILMAFFINITY)
19 de septiembre de 2020
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta complicado situar a esta película a esta altura de la carrera de Ozon, tanto por el aspecto autobiográfico como por la manera en la que el director aborda la película y cambia totalmente del estilo de sus últimas películas; sin embargo, en la película encontramos referencias que han estado presentes a lo largo de su filmografía, como puede ser la escritura, los juegos temporales, la homosexualidad, la liberación de la palabra, la enseñanza, etc.

El amor y la muerte. Los dos grandes temas de nuestra vida. Parece como si, en ocasiones, todo se resumiera en esos dos elementos, ambos asociados al descubrimiento, algo muy presente en la adolescencia. Si por algo ambos temas se repiten en innumerables ocasiones es por la experiencia única y personal en la que cada uno experimenta en sus carnes los sentimientos asociadas a cada una de estas vivencias; ambas conectadas entre sí.

François Ozon elige explorar ambos temas desde un punto de vista naif y directo, de la mano de Alexis, un adolescente que, en muy poco tiempo, experimenta y descubre cosas que otros tardan media vida en descubrir.

Al inicio de la película el sujeto del amor ya es asociado, directamente, con un cadaver, por un Alexis que se nos descubre fascinado por la muerte y los ritos funerarios del antiguo Egipto. La fascinación de Alexis por la muerte tiene algo que ver con el tiempo y la perpetuidad, algo que no encontramos en David, un personaje mucho más despreocupado y cercano al prototipo de adolescente, algo que acabará por provocar un conflicto entre ambos. Así, la historia nos presenta a dos jóvenes de la misma edad, pero con distintas maneras de afrontar el presente. Así, David le dice a Alexis en un momento de la película: no es necesario que entiendas todo.

Tengo mucho, y mi sentimiento por ella lo absorbe todo; tengo mucho, y sin ella todo se me vuelve nada. Los sufrimientos del joven Werther (Johann Wolfgang Goethe)

Es bonito enamorarse por primera vez, es como empezar a andar; aunque no se haga muy bien, uno siente que ha descubierto algo de lo que desconocía su existencia, experimenta sensaciones desconocidas hasta entonces; es lo que le sucede a Alexis, al enamorarse de David, el cuál parece acudir en su ayuda y, en forma de espejismo, mostrarle eso que nos parece vislumbrar cada vez que nos enamoramos, la inmortalidad y la juventud eterna; aunque más tarde se inviertan los roles y sea Alexis el que parece estar salvando a David. El amor es una forma de espejismo que puede hacernos vivir los mejores y peores sentimientos. El amor no es racional, pero eso no significa que no se pueda aprender a amar y a amar mejor, algo que Ozon deja entrever al final del film.

El descubrimiento del que he hablado al principio también acarrea una necesidad de comprender lo qué nos ha pasado, algo en lo que la película centra su atención en la última parte; David necesita entender y reflexionar acerca de lo que le ha ocurrido y la importancia y trascendencia que sus decisiones han tenido; Alexis aprende que hay decisiones que lo cambian todo y que, por mucho que queramos, ya no podemos cambiar. Alexis realiza un ejercicio de introspección que le permite seguir adelante y aceptar lo ocurrido, dejando la culpa atrás.

Es necesario entender la película desde el punto de vista despreocupado e irracional de un adolescente, no hay momentos para la calma ni la reflexión, el amor llega y barre con todo, no hay espacio para la sutileza, las cosas suceden de manera directa y sin rodeos.

Con la aparición de la chica, la película nos recuerda, por momentos, a Rebelde sin Causa, en los que David parece adoptar el papel de James Dean y Alexis el de John Plato; el sonido del peine de David, imitando a una navaja, nos recuerda y nos deja entrever que el peligro está ahí.

Me cuesta entender algunas decisiones del director en lo relacionado algunos excesos en lo que respecta al personaje de la madre de David y su exageración, al igual que la falta de sutiliza en algunos momentos como a la hora de tratar la relación de Alexis con su familia o algunos momentos de humor que no terminan de encajar. Por otra parte, la decisión del director de adaptar la película a los códigos de las películas de adolescentes de los años 80, es una decisión más personal, pero también cuestionable y que puede resultar difícil de entender.

La película gana cuando se centra en la historia de ambos y pierde cuando se aleja de ellos y aparecen los personajes secundarios, que no terminan por aportar gran cosa a la película ni a la historia.

El amor de Alexis por David, será, de alguna manera, eterno, como una suerte de sueño del que ni Alexis ni David despertarán.
miguelyllo
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