Era inevitable prever que tendríamos que despedirnos de alguno de los Vengadores esta vez. En absoluto voy a hacer spoilers, solamente diré que he vivido una montaña rusa de emociones viendo la película, sobretodo porque porque ya son 10 años cogiéndoles cariño a estos personajes. Excelente casi-broche de oro a la ya de por sí genial fase 3 de Marvel (que aún sigue en marcha).
El eje central de la película sigue la búsqueda por parte de Thanos de las gemas del infinito y a los Vengadores tratado de evitar a toda costa que las reúna todas.
El film es espectacular, con unas escenas de acción impecables y que no llegan a ser apabullantes en ningún momento.
Sin embargo, la historia divide a los Vengadores en varios grupos, y la gran cantidad de explicaciones a desarrollar la convierten en una película larga, dando lugar a que hacia la mitad del metraje se haga un tanto pesada debido a que los constantes cambios de grupos y las distintas subtramas ralentizan el desarrollo. Otro punto negativo es que la trama no se sostiene por sí misma. No se nos presenta a los personajes aunque sea brevemente, se sobreentiende que ya son de sobra conocidos, por lo que antes de verla es imprescindible hacer un visionado de prácticamente todas las anteriores del universo MCU. Adolece también de un pequeño abuso de CGI en los hijos de Thanos.
Pero todo ello se compensa con creces con su enfoque adulto, el punto justo de humor, su fascinante historia perfectamente hilada y un malo a la altura de las circunstancias. Thanos es el villano carismático y contundente que estábamos pidiendo, sobretodo después del chasco de Ultrón.
El emocionante final puede resultar chocante e incluso sorprendente, pero a mí personalmente me resulta un tanto decepcionante por los motivos que doy en el spoiler.
Como siempre nos deja con un montón de interrogantes que habrá que esperar un año para contestar, pero Ant Man y Capitana Marvel nos harán menos dura la espera.