Esta noche he visto por segunda vez este remake de una película japonesa con el mismo nombre. La verdad es que la primera vez si que me sorprendió, pero la veo muy rebuscada, la venganza es un plato que se sirve frío y la paciencia es una virtud, pero esta película se pasa varios pueblos.

Lo mejor sin duda la interpretación de Josh Brolin y los cambios físicos. Resulta muy creíble en el papel de publicista gilipollas que luego se redime y se convierte en un experto en artes marciales.

Las escenas de lucha son buenas y el porte de Brolin acompaña a la acción. Inolvidable las escenas donde usa un martillo como arma y las peleas con la guardaespaldas del malo que lucha mejor que nuestro protagonista.

El papel de Samuel L. Jackson es interesante y su trabajo también lo es. Elizabeth Olsen también lo hace muy bien, aunque es muy poco creíble. No se hasta que punto era necesario hacer un remake americano, y tengo curiosidad por ver la película original.