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Argentina Argentina · Rosario
Voto de Danivtar:
9
Intriga Al hacer un reportaje rutinario sobre el funcionamiento de una central nuclear, una reportera de televisión y su fotógrafo descubren un posible accidente que puede poner en peligro la seguridad de la planta y de la ciudad de Los Angeles. (FILMAFFINITY)
21 de septiembre de 2023
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La vi en cine allá por mi adolescencia. Azarosos brotes de la memoria me la trajeron de vuelta en estos días. A diferencia de los tiempos que corren, el recuerdo de aquellos años puede dibujar en mi rostro una secreta sonrisa. Unas cuatro décadas son mucho en una vida humana pero aparentemente nada en la historia --y sin embargo... Pero no quiero pensar en lo que hicieron en el mundo esas ínfimas cuatro décadas, no: eso apagaría aquella sonrisa. Mejor es retomar el hilo del film que nos ocupa, que sí, da para descorchar un buen tinto para acompañar el comentario que bien se merece. Qué gran película.

Cuatro largas décadas no parecen haber transcurrido para ella. Sigue allí: intacta, fresca como en sus días de estreno. Qué bueno haberla revisado.

Me he recordado acurrucado en mi butaca del cine aquel y temblando en ciertas escenas. Claro, era un jovencito entonces. Esta vez me tocó hacerlo en mi cama. Creo que no se puede decir nada más contundente en favor de este film. Sinceramente no me lo esperaba.

Su tema es bien sencillo, su planteo es el de un thriller típico. Pero su asunto es verdadero. Dolorosamente verdadero y tristemente vigente. Chernobyl lo refrenda ("accidente" del 26 de abril de 1986), y esperemos que el poder profético del film se quede allí. Pero el conflicto entre la seguridad y la economía no es algo que nuestra civilización haya ni de lejos resuelto en ningún ámbito del universo industrial (el nuclear, claro, siempre puede ser mucho más espectacular y definitorio). A través de una narración cotidiana, de personajes cercanos y reales con los que empatizamos inmediatamente, Síndrome de China aún hoy día nos advierte sobre el peligroso polvorín en medio del cual discurrimos, incluso con algunos tipos que arrojan desaprensivamente en él las colillas de sus cigarros. Por eso sigue inquietándonos, fascinándonos y haciéndonos temblar -si no en la butaca del cine, en la cama o en el sillón.

Lo bueno, si simple, dos veces bueno. En el marco de la acertada sencillez del film sus protagónicos brillan y nos deslumbran. Quiero seguir viendo a Jack Lemmon y sufrir con él. El carisma hechizante del personaje de Jane Fonda traspasa la ficción y llega hasta nosotros tanto como al público televisivo de la historia. Y completa el elenco un Michael Douglas que nos hace vibrar con su juventud arrolladora.

Fue un film que me marcó pero al que nunca volví, hasta este afortunado redescubrimiento que me sorprendió gratamente. Clásico perenne del cine. Para no perderlo.
Danivtar
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