Pero vamos a ver, ¿a quién se le ha ocurrido este esperpento?
Uno empieza a verla porque tiene buena pinta y los actores son todos conocidos, y el primer minuto ya es insufrible.
Unas situaciones increíbles, un guión malo (nadie habla así, nadie), los actores todos sobreactuados. Mira que no son malos actores ninguno, pero es que el guión es imposible. Se imagina uno todo el rato que está viendo una obra de teatro de un grupo de instituto con su mejor intención. Todo frases profundas que parecen sacadas de libros de autoayuda o de tazas de Mr Wonderful. La única que pone algo de naturalidad en el tono es Amaia Salamanca, pero tampoco lo consigue mucho.
Y luego, ese elenco. Gabino Diego no pasa por seductor destroza corazones ni en sueños. Aparte de que le saca 20 años a Michelle Jenner. Y Eduardo Noriega trece.
Hay que reconocer que está bien filmada, la fotografía es buena (Zaragoza sale preciosa), el maquillaje, vestuario, etc, están muy bien. Una pena que todo ese trabajo se tire a la basura por un despropósito de guión.
Absurdo. Imposible. Insoportable.
Y la hemos pagado con nuestros impuestos. Que no la vea nadie, por favor.