Esto más que una película es un experimento cinematográfico y es igual que un menú degustación de la alta cocina que solo es apta para los más exquisitos paladares (y que tienen la cartera bien llena). De la misma manera que esa cocina no se la puede considerar comida puesto que no alimenta, lo mismo se puede considerar esto: parece que es una película de… y no llega a nada. Desde el principio juega con el espectador: parece que hay intriga, parece que se va a convertir en angustia y terror, parece que hay algo de comedia negra… y todo se queda en nada. El principio promete pero conforme avanza la película, el soufflé se deshincha dejándote al final con ganas de coger al director y al guionista y hacerlos a la barbacoa.

Lo mejor sin duda el chef (sí, chef) interpretado por Ralph Fiennes. Le da la pomposidad cansina de los grandes ególatras que “crean” (que no cocinan) esos platos minúsculos con nombres extra largos. Me ha gustado en general su actuación aunque al final se le escapa un poco el personaje. También me quedo con los críticos culinarios y con el fan del chef interpretado por Hault (aunque también al final se le va el personaje). De Anya Taylor-Joy no digo nada porque no me gusta como actriz.

Aunque es cierto que hay una crítica mordaz a la estupidez de este tipo de cocina, creo que falla en el planteamiento. Tal vez contado de otra manera, y sin tantas lagunas, el resultado podría haber estado mejor.

Para lo que me esperaba viendo el trailer, me ha decepcionado mucho. Si esperas ver una película de intriga, pasa de largo. Es predecible y no es lo que aparenta… engaña.