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Voto de Caith_Sith:
5
Terror. Comedia En 1910, en Arga, un pequeño pueblo gallego, una maldición cae sobre la malvada marquesa de Mariño: al cumplir los diez años, su hijo se convertirá en un hombre-lobo. Cien años después, Tomás, un escritor fracasado que es el último descendiente varón de los Mariño, regresa al pueblo convencido de que van a nombrarlo hijo adoptivo de Arga. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2011
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los primeros minutos de "Lobos de Arca" no dan esperanzas. Una conversación telefónica mantenida por Gorka Otxoa nos devuelve a las peores comedias de 'Cine de Barrio'. Pasan los minutos y la cosa no mejora: un escritor vuelve a su pueblo natal a recibir un premio y a escribir su nueva novela. Premisa manida y pobretona, desde luego, más sabiendo (viendo el propio cartel del filme) que en algún momento de la película van a salir hombres lobo bastante cutres. Pero entonces, en un momento indeterminado, se hace el milagro: aparece Carlos Areces. Yo no sé qué tiene este tío pero alegra un día gris, es abrir la boca y hacer gracia, no tiene ni que esforzarse. Lo surrealista es que sólo pasa en el cine porque lo ves en persona y el efecto desaparece. El caso es que "Lobos de Arga" se beneficia de su presencia -y voz- de forma exagerada porque interpreta, ni más ni menos, que a un gallego que se ha quedado a vivir en el pueblo sin más ambición en la vida que cuidar sus tierras. No es gracioso de por sí... pero es hilarante siendo él, poniendo acento, el que da vida a este personaje.

Pronto descubriremos que lo que puede salir mal, saldrá mal. Y empieza el tema fantástico, las traiciones, aparecen los hombres lobo, que son cutres a rabiar pero después de un rato, hasta tienen su carisma, y la película gana en cutrez y por tanto en diversión. No hay ningún intento de hacer una gran obra, esto va de cachondeo y nada más. Así que como ejercicio modesto de película de género hecha en España funciona... aunque no más allá. A los dos actores protagonistas (Otxoa, Areces) se les suma la presencia de Secun de la Rosa, que está demasiado pasado de rosca pero que en algún momento proporciona buenas escenas. Así que la cosa funciona sin excesos... pero funciona. Al acabar la película queda la sensación de no haber perdido el tiempo a pesar de que tampoco se obtiene ninguna gran experiencia vital tras sus ciento y pocos minutos de duración. Lo único que queda claro es que el turismo rural no subirá tras su estreno. Total: distraída aunque insustancial. Y con todo, por encima de la media de lo que se hace en este país.
Caith_Sith
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