Solo escuchar los primeros acordes de la música compuesta por Christopher Komeda, me ocasionan un juicio de buen gusto que se apodera de mí con un intenso deseo de disfrutar la función que estoy por ver. Todo en este film me cautiva sobremanera en un grado de satisfacción que cubre mi necesidad de ver buen cine de primera categoría, porque estoy ante una de las mejores comedias de terror de vampiros filmada por Roman Polanski cuando estaba en la cima de su carrera y todavía estaban por llegar ubérrimos filmes. El baile de los vampiros tiene todo cuanto al tema vampírico sabemos de él, con su aspecto gótico que realza sus imágenes y acentúa el relato de lo sanguinolento y la sexualidad, pues esta obra de arte es extraordinariamente excepcional en cada uno de sus aspectos y con un aire de puridad intachable. El desarrollo que sigue el filme es muy idéntico al de las películas de la Hammer, que en aquella época estaban muy de moda pero no seguían el desarrollo con el toque de humor y erotismo que le dió Polanski. Los actores están todos magníficos con sus vestuarios y peinados, todos muy bien caracterizados del tiempo y época en que se sitúa la historia. La película se pasa en un suspiro de lo redonda que es, su visión no produce aburrimiento ni sopor, es mas, te quedas con ganas de mas bailes de vampiros y mordeduras de cuello en buenas mozas. En la década de los 60 no hubo comedia de terror con la suficiente calidad que superase El baile de los vampiros, fue la primera vez que Polanski filmaba en color y le salió niquelado. Una cosa mas, su título traducido al español - Asesinos de vampiros sin miedo - demuestra notablemente que estamos ante una verdadera pieza cómica de chupasangres muy, pero que muy divertida.