Con este titulito, imagino que la muchachada la habrá visto y que algunas de las cosas que suceden serán parte de sus fantasías más lúbricas. Es una cinta de bajo presupuesto, de un cine casi tan desconocido como el neozelandés (digo casi por que Mal Gusto o Braindead son suficientemente conocidas) sin grandes pretensiones pero que logra hacerte pasar un buen ratito.
Un grupo de estudiantes que no se conocen "ocupan" una casa abandonada. Mientras se van conociendo y van conociendo (y limpiando, puaj, que asco) la casa, descubren la llave del sótano que permanecía cerrado. ¿Y que descubren allí? Una plantación de marihuana que ríase usted del Matto Grosso.
La tensión comenzará cuando el "propietario" de la mercancía regrese y compruebe que su plantación se la han fumado otros. Llegado este punto, parecía que la cinta se decantaría por el típico acoso del delincuente y que se sucederían los cadáveres cual bodycount, pero los jovenzuelos atrapan al traficante y aquí es donde comienza lo bueno: no saben que hacer con el tipo y van sometiendo a voto como actuar en cada caso. Aunque al final cada uno haga lo que le parezca oportuno. Estos jovenzuelos...que poca responsabilidad.