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España España · Madrid
Voto de paki:
9
Intriga La señora Julia Rainbird (Cathleen Nesbit) guarda fuertes sentimientos de culpa porque, hace 40 años, hizo que una hermana -que quedó embarazada estando soltera- abandonara a su hijo al momento de nacer, y fallecida ella, ahora quiere encontrarlo para convertirlo en heredero. Por tal motivo, ha buscado la ayuda de la "psíquica", Blanche Tyler (Barbara Harris), quien al oír que le ofrecen ¡diez mil dólares! por encontrar al dichoso ... [+]
2 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me estoy inflando a ver cine. A mi gusto, del bueno. Del mejor. En TCM han puesto un ciclo de Hitchcock. Ya digo, a mi entender, de lo mejor. Hitchcock tiene una colección de imágenes sorprendentes, admirables, únicas, inolvidables... Vasos de leche radioactivos, el ama de llaves de Rebeca en el umbral de la habitación, el poste abarrotadito de pájaros negros, el avión a la altura del cogote en el desierto, el monte Rushmore, las pesadillas de Dalí, el perfil de estatua de Kim en el cementerio, el hotelito Bates recortándose en silueta... Maravilloso. Las estoy viendo todas, con la sorpresa que recuerdo diálogos enteros de películas que no he visto en años. Es el amor que te tengo, Hitchcock. El otro día vi "La trama" porque es un pasote de guión. Los cruces, los giros, los guiños, los protas... Todo un despliegue de secundarios extraordinarios (a estos también los adoro y colecciono) en una historia diabólicamente ingeniosa y original. Además sale Bruce Dern uno de mis actores favoritos. De mis muy mejores actores favoritos, por razones inconfesables que no interesan más que a sus protagonistas.
Ajajá y me encuentro esta escena. Me hubiera gustado reírme, tal vez era lo que se pretendía, pero es angustiosa. Literalmente, estás en ese coche viendo a Bruce Dern sin frenos, con el acelerador atorado, por una carretera peligrosísima, improvisando, intentando mantener el control, asomándose al abismo, intentándolo todo... Y a la chica sujetándole los brazos, tapándole la vista, pisándole la cabeza, obstaculizando, histérica y enloquecida... Normal, claro, pero tú piensas en el que conduce porque es el que tiene el control y necesita que tires del freno de mano, que tengas calma, que colabores, y que dejes al que lo está intentando. Podrías haber conducido tú, por supuesto, pero si el coche no tiene frenos, tiene el acelerador roto y la carretera es abismal, tendrías los mismos problemas de conducción.
He pensado mucho en esto en estos días de volantazos y sustos. Me alegro de no ser el conductor en apuros, y mucho más de no ser el copiloto asesino. Para rematar la escena faltarían unos compinches agarrando del cuello al conductor y unos cuantos pasajeros escupiendo, tirando piedras, abriendo puertas sobre el precipicio y forcejeando para quitarlo del volante en marcha. Caramba, eso sería casi un autobús, o un país, o un mundo entero. Una escena digna de Hitchcocki. Suspense, terror, pesadilla y estranguladores de corbata (qué buena esa también) agarrando en las curvas más peligrosas...
En fin, los genios te provocan estas experiencias metafóricas tan intensas. Recomiendo la película. Bruce está muy bien, salen maltrechos, como pueden, del coche destrozado, y él intenta calmarla, la abraza y la lleva en brazos hasta un lugar seguro. Mi metáfora ha acabado hace un rato, por eso prefiero la ficción. Yo la hubiera destrozado, arrastrado y vapuleado por su estupenda colaboración en la emergencia. Es más humano. Ojalá en la vida real se tenga esa altura humana extraordinaria cuando todo esto acabe. Ojalá hayamos aprendido a conducir algo en esta carrera desenfrenada...
(No insistáis, no pienso contar cómo conocí a Bruce Dern)
paki
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