Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Tokio ya no nos quiere:
3
Ciencia ficción. Acción. Aventuras Vikingos, año 709. Una nave espacial se estrella en la antigua Noruega. De su interior salen un guerrero humanoide llamado Kainan y una sanguinaria criatura conocida como El Moorwen, una bestia salvaje dispuesta a vengar la extinción de su raza a manos del ejército del guerrero. Mientras El Moorwen devasta los territorios vikingos, asesinando a quien se le pone por delante, Kainan, combinando su avanzada tecnología con armas antiguas, ... [+]
23 de enero de 2009
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La que prometía ser, al menos para mí, la gran y desapercibida película de (ciencia-ficcion-)acción del año y soñando despierto de los últimos tiempos , fue desinflándose en pogresión geométrica conforme avanzaba su metraje. Que resuenen en ella ecos argumentales entremezclados de viejas glorias del género no es ni de lejos uno de los motivos que me impulsan a menospreciarla en la medida que se merece. Porque lo merece. Su fallida mezcla de géneros, sin ser original a estas alturas, se me antojaba golosa hasta extremos psicosexuales inconcebibles y sin embargo su resultado me dejó insatisfecho animica y bioquímicamente como tantas otras veces.
La delgada línea roja que separa el calentón apasionado de la bajona se hace presente en Outlander. A pesar de contar con un reparto en su mayor parte correcto o excesivamente correcto y con unos medios técnicos más que aceptables no se salva del naufragio. Se hunde en el abismo merecidamente. En su maleta le sobran ropajes temáticos sobre la naturaleza destructiva de los humanos, ñoños ( ese niño vikingo, esa familia colona extraterrestre malograda), prescindibles, dialogos sobre el honor, la valentia y el coraje de revista para preadolescentes, argucias argumentales tramposas y previsibles y le falta acción, le falta garra, le falta entraña, poderío, sangre, un protagonista que de la talla, y una bestia antagonista que acojone y que no produzca ceguera temporal.Y sobre todo, y la médula de esta crítica: RITMO, señores. Valgame el cielo, RITMO. Porque Outlander es soporífera como gota de laúdano y no es que sea arrítmica como historia, es una arrítmia barata que discurre por senderos mil veces vistos que mil veces me han llevado a su vez hacia el hastio y la decepción. No es que baile mal, es que no sabe bailar, duerme sola y es muy fea.
Será que me lo merezco. Es el precio de la esperanza, que todavia aún no han conseguido hacerme perder , y peliculas como Outlander la depreciada moneda de cambio a pagar.
Para teminar y tomando el nombre de Dios en vano, a este bodrio no lo salva ni Jason Staham. Otra pelicula que pudo ser grande y no lo fue. Pasaremos página. Qué remedio.
Tokio ya no nos quiere
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow