Sorprendido me hallo ante el descubrimiento de que aquel famoso “idem”, era en realidad “ditto”, cuyo origen también es latino, y no lo había oído nunca. Ver las películas en su versión original tiene estos pequeños regalos, que hacen ganar en sus revisiones.

Ejemplo de cómo una película se hace un hueco en la eternidad, ya que por más que pase el tiempo, aquello fue una unión de talentos y de causalidades que hizo que para todos ellos fuera su obra cúlmen, incluso para Whoopi, que ha hecho otras películas, pero solo se llevó el Óscar en “Ghost”. Y es que su papel es inconmensurable. Tal vez era la de mejor talento en la obra, todo hay que decirlo. Aunque ellos son muy bellos, y Demi Moore se marca un papel de chica inocente, que la verdad no va con su forma de ser de diva que la ha acompañado a lo largo de su carrera. Aquí, con esas ropas noventeras “anchotas” está para comérsela. Una pena que los talentos se desaprovechen por razones desavenidas.

Probablemente, la escena del jarrón se encuentra en el olimpo de las escenas de amor de todos los tiempos. La sensualidad que derrocha ese juego de manos con la arcilla es absolutamente magistral. Y, por si le faltara, la canción de “Righteous Brothers”, rescatada de los años 60 para esta obra, simplemente así, para ser inmortal. Cuando este mundo se acabe y otra civilización ocupe nuestro lugar, “Unchained melody” les hará recapacitar de lo que era capaz de hacer el ser humano.