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Comedia
Galindo, un infeliz soñador, trabaja como cajero en una sucursal bancaria. Cierto día, reúne a un grupo de compañeros y les expone un minucioso plan para atracar la sucursal donde trabajan. La reacción inicial es de rechazo, pero poco a poco Galindo los va convenciendo de la viabilidad del proyecto. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2017
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Así cómo no va a haber revolución.
-Hasta que no se reparta la suerte, no habrá justicia social.
-Cada vez hay menos vacas, pero mientras siga habiendo pantanos…
Así empieza una de las mejores películas de la historia del cine español, capitaneada por un grandísimo elenco de actores.
La intensidad de la ironía, de acentuado y sorprendente crítica social, se asienta a medida que nos metemos en la historia, que es cuando las interpretaciones cobran especial peso. Estamos hablando que todos los actores principales fueron actores protagonistas en películas venideras, lo que deja bien a las claras la preciosa mezcla de talento que se dio aquí.
Tal vez por la dificultad que sabemos que conllevaba esquivas a la censura, cuando 50 años después vemos los goles que se le metieron entonces, no podemos más que levantar las manos y celebrar la agudeza del ingenio. Siempre lo digo. Malos tiempos los de la censura, pero grandioso caldo de cultivo para los creadores agudos, tipo Berlanga o Forqué.
Una delicia desde el inicio hasta el final.
-Hasta que no se reparta la suerte, no habrá justicia social.
-Cada vez hay menos vacas, pero mientras siga habiendo pantanos…
Así empieza una de las mejores películas de la historia del cine español, capitaneada por un grandísimo elenco de actores.
La intensidad de la ironía, de acentuado y sorprendente crítica social, se asienta a medida que nos metemos en la historia, que es cuando las interpretaciones cobran especial peso. Estamos hablando que todos los actores principales fueron actores protagonistas en películas venideras, lo que deja bien a las claras la preciosa mezcla de talento que se dio aquí.
Tal vez por la dificultad que sabemos que conllevaba esquivas a la censura, cuando 50 años después vemos los goles que se le metieron entonces, no podemos más que levantar las manos y celebrar la agudeza del ingenio. Siempre lo digo. Malos tiempos los de la censura, pero grandioso caldo de cultivo para los creadores agudos, tipo Berlanga o Forqué.
Una delicia desde el inicio hasta el final.
