José Luis Garci fue el primer director español en ganar un Óscar con una producción española, si bien antes lo había obtenido Luis Buñuel con una producción francesa. Este impacto hizo en Garci pagar el lógico peaje que supone esta fama y popularidad. Las dos siguientes películas que realizó eran de una calidad bastante baja, en comparación con su estado de gracia de “Volver a empezar”, los dos Cracks, así como sus primeras producciones. Tanto en “Asignatura Aprobada” como en “Sesión Continua”, se aprecia una falta de ideas en el director y guionista, que siempre dijo que lo más difícil era escribir, no dirigir. Y, a falta de un buen guión, Garci tiró de diálogos casi biográficos, en donde sus protagonistas son escritores que están en su ocaso y que tienen casas llenas de trastos.

En esta película, el tedio es bastante notable, pues no existe una trama en sí, un inicio y final, sino que es un paseo que recibe dos bofetones: el sida del hijo (no sabemos si real o no, ya que desaparece), y el suicidio de su gran amiga amante de los veinteañeros (no todos).