Si se tiene en cuenta de dónde venimos (adaptación de un cómic y cine vampírico) es desde luego una más que aceptable apuesta (Casper Van Dien ya había hecho Revenant y los Vampiros de Carpenter hacía un par de años que habían hecho aparición).

Y se tiene:

Un reparto de perosnajes curiosos (esto no es como en Trinity dónde es un desaguisado). Aquí cada personaje tiene su momento y su interés.

Momentos con vampiros divertidos y las escenas de clubes que vuelven a hacer acto de presencia.

Wesley Snipes en su salsa. Kristofferson saliendo del paso y algunos extras como Perlman o incluso Norman Reedus, que tienen más chicha de lo que uno podía esperar.

Un Guillermo del Toro, que pese a que ahora todo el mundo le considera de los mejores, en ese momento venía de UN MOJÓN DE PROPORCIONES HISTÓRICAS (aunque todo pinta al clásico productor metiendo la mano) que era The Mimic. También había hecho El Espinazo del diablo, pero esa no la he visto.

Acción y frases rápidas y un diseño de vampiros y cazadores interesantes y actual.

¿Es un peliculón? Pues no, pero está entretenida. Las cosas como son.

Y encima pueden ver a Santiago Segura haciendo de vampiro, gritando Torrente, Torrente.

Desde luego que esto como cine vampírico de inicios de milenio, es digno de admirar.

Ahí queda.