Hace cosa de un mes visioné ÁGORA desde el sofá de mi casa y la primera impresión que tuve fue la de estar viendo una película 100% Hollywood, pero ahí estaban los nombres del director y de la mayoría del equipo técnico, para recordarme que era algo hecho en mi propio país. Ayer vi CELDA 211 y me pareció una de las películas más interesantes que he visto en lo referente al cine español, si no la mejor. Y hoy me encuentro viendo PLANET 51 con una sonrisa en los labios desde su comienzo hasta su conclusión. Por tanto, y sin extenderme mucho, apuntar que por fin el cine español comienza a despuntar en esto que llamamos séptimo arte, amoldándose a gustos y géneros más extensos y dándonos más que películas del estilo Almodóvar, Bigas Luna u otros clásicos del celuloide español, que sin tener nada de malo ni de negativo, no son el punto fuerte de todos los que disfrutamos con y del cine. Lo que quiero decir, es que ya iba siendo hora de que llegaran directores como Amenábar, Daniel Monzón y los que nos ocupan con esta brillante (y convencional, cierto) cinta de animación, Jorge Blanco, Javier Abad y Marcos Martínez. Así, sin más dilación, pido tres hurras por el actual cine español: hurra, hurra y ¡HURRA!.

En cuanto a la peli en sí, pues eso: un planeta de lo más normal, con personajes de vidas cotidianas, visitado por un ser de otro planeta (en este caso el humano es el extraterrestre), amistad, amor, miedo a lo desconocido, muchas risas y un poco de humor adulto (desternillante el momento en que uno de los marcianitos se cuestiona, ante un despelotado humano, que la zona ubicada un poco más al sur del bajo vientre es un lugar extraño para llevar la antena. ¡JAJAJA!).

- Lo mejor: la factura técnica es de lo mejorcito visto últimamente en cine de animación, sin nada que envidiar a superproducciones como SHREK-1, 2 y 3- o HAPPY FEET (por citar dos de las más actuales).

- Lo peor: un poco chocante que siendo cine español y con directores españoles, el astronauta de la función haya tenido que ser americano y la peli haya sido doblada al inglés como lengua original. En fin, cosas del capital con que se ha financiado y de la ambición (lo cual no tiene nada de malo) comercial vista por sus artífices, supongo.