Nicholson nunca parece un actor serio, y este personaje de James M. Cain, sórdido pero trágico, le va muy poco. Jessica Lange, por su parte, luce como una modelo, y cabe decir lo mismo de su personaje. La pareja cinematográfica no es adecuada a la pareja de la historia real, formada por dos seres no ya amorales sino misérrimos. ¿De dónde sacan el lujoso vestuario que lucen casi desde el principio? ¿Tanto dinero les daba el tacaño marido?
Esta versión de "El cartero siempre llama dos veces" no funciona, a pesar de que sea un gran escritor como Mamet el guionista. Y no funciona porque no sabe crear el ambiente adecuado, porque a la puesta en escena le sobra el lujo, porque el guion funciona con demasiado saltos y elipsis, y porque a la postre se traiciona el espíritu de la novela en aras de un sentimentalismo erótico.