Es asombroso que todo un Thornton Wilder haya intervenido como guionista principal de esta película, una de las más celebradas de Hitchcock (pero indudablemente no de las mejores), porque es justamente el guion lo que flojea de principio a fin. Por no hacer spoiler, sólo me referiré a un detalle, a esa historia de amor completamente descabellada: el detective que sigue los pasos del presunto asesino llega la ciudad donde ha ido a esconderse éste, apenas un día después, y ese mismo día ya ha localizado la casa y la familia donde se oculta y se introduce en ella con el pretexto de hacer una encuesta, y, además de fisgar todo lo fisgable, tiene tiempo para enamorarse apasionadamente y enamorar, en el acto, a la sobrina del propio asesino, que por lo demás también estaba prendada y fascinada con su tío. Un abuso inaceptable de la credulidad del espectador. ¡De película!
Cero en psicología, señor Thornton Wilder.
Y lo curioso es que el tema del film es muy bueno, que la historia de ese criminal y de esa familia engancha fácilmente, que los detalles de dirección están a la altura de Sir Alfred. pero... el resultado no es convincente.
Me permitirán sugerir aquí que, dado que se puede hacer una magnífica película de suspense sabiendo desde la escena inicial quién es el asesino, y ya que se han hecho remakes absurdos de películas perfectas, a ver si alguien se anima alguna vez a hacerlo de ésta, sin cambiar ningún punto de la historia, tan solo haciendo que las acciones de los personajes estén un poco más fundados en una psicología verosímil.
Lo está pidiendo a gritos.