Esta película no es un thriller sino un divertimento. Aunque trate de un asesino en serie (que mata en serio), está hecha en clave de comedia. Y aunque la factura es excelente y es, quizá, una de las cintas más entretenidas de Sir Alfred, uno tiene la sensación de que todo resulta ligero y como muy soleado. Tiene un aire de parodia, o más bien de réplica paródica al típico cine inglés de misterio, niebla y asesinos destripadores, que puede defraudar un poco a los aficionados al género, especialmente en su resolución, muy ligera, por no decir chusca.
A resaltar, dentro del elenco, el papel de las actrices, ninguna guapa por cierto, pero todas estupendas.
Es una película sabrosa, disfrutable, digna de Hitchcock, pero no de su primer nivel.