Ya fue todo un logro en su momento conseguir que la segunda parte estuviese a la altura de la primera, de modo que hacer una tercera era todo un riesgo y casi un suicidio. Porque hacer una secuela más moderna, con menos presupuesto y muchos problemas de producción es, cuanto menos, una gilipollez. Resulta un auténtico bochorno ver los ridículos efectos con los que se crearon al Alien y los decorados de esta entrega, que sean muy inferiores a una película del 79 y otra del 86 es para mear y no echar gota. La existencia de esta tercera parte no es ni más ni menos que la cabezonería de unos productores a los que les dio igual si el resultado iba a ser bueno o malo, solo les importaba la seguridad de que la gente iba a ir a las salas de cine a ver una vez más al famoso Xenomorfo que ahora, por arte de magia, es verdoso.

Ya desde el primer momento la película no se sostiene, defeca sin ningún tipo de vergüenza en la brillante secuela de James Cameron dejando en nada su final trasquilándose a dos de los personajes más importantes de esta (Hicks y la niña). La puesta en escena es terrible, y rizar el rizo para que oootra vez Ripley tenga que lidiar con un Alien resulta ya muy cansino. Además, ahora resulta que la acción se desarrolla en una cárcel espacial, con lo cual los personajes no tienen armas así que si unos marines ultra preparados en la segunda parte no fueron capaces de hacer frente a estos bichos, la tensión de ver que unos descerebrados desarmados puedan escapar con vida es inexistente. Los cambios de tercio en el guión, si es que a esto se le puede llamar guión, son aberrantes, ideas asquerosas y bastante enfermizas que solo sirven para confirmar al espectador de la total y absoluta falta de interés en hacer un buen producto pero que, eso sí, sirven como advertencia para que no veas la detestable y vomitiva "Alien resurrección".

No entiendo cómo puede haber puntuaciones de 7, 8 y 9. Si eres fan de la saga no la veas, ni esta ni la siguiente, todo el pescado se vendió en las dos primeras películas. Lo único positivo fue la irrupción de David Fincher que, aunque aquí metió las narices donde no le llamaban realizando la que es la peor de todas sus obras, se lo perdono porque era un novato y porque después ha ido haciendo muy buenas películas.