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España España · Pamplona
Voto de Asier Gil:
8
Ciencia ficción. Romance. Drama En un futuro cercano, Theodore, un hombre solitario a punto de divorciarse que trabaja en una empresa como escritor de cartas para terceras personas, compra un día un nuevo sistema operativo basado en el modelo de Inteligencia Artificial, diseñado para satisfacer todas las necesidades del usuario. Para su sorpresa, se crea una relación romántica entre él y Samantha, la voz femenina de ese sistema operativo. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya no tenía ilusión por nada. Los días pasaban sin que ninguna emoción le hiciera temblar y su trabajo, que antes le apasionaba, se había convertido en una rutina. Escribir cartas de amor para otras personas hacía que se ahogara aún más en su soledad, ahora que la mujer con la que lo había vivido todo ya no estaba a su lado. Necesitaba a alguien que lo comprendiera, que lo aceptara, que lo completara y que le insuflara de nuevo las ganas por disfrutar la vida. Sin quejas, con una curiosidad infinita y un ansia palpitante de querer experimentarlo todo junto a él. Como un lienzo en blanco, él le enseñaría a sentir a su manera y juntos se enfrentarían a cualquier cosa. Pero él era incapaz de asumir el esfuerzo de entender a otra persona, de aceptar sus críticas y de evolucionar con ella. Por eso decidió apretar el botón de 'on'.
'Her' nos presenta un futuro muy cercano en el que grandes urbes repletas de rascacielos y desprovistas de coches ven cómo sus habitantes caminan solitarios mientras hablan por sus dispositivos móviles. No hay teclados, solo un pequeño auricular con el que interactuar con el sistema operativo. En ese mundo, Theodore encaja como una pieza de puzle. Escritor solitario y taciturno, trabaja de Cyrano para aquellos que no saben poner sus sentimientos en palabras y malvive interiormente tratando de superar la ruptura con su mujer. Para combatir la soledad, adquiere un nuevo ordenador que evoluciona conforme va conociendo a su dueño. Con voz femenina y bajo el nombre de Samantha, es justo lo que Theodore necesitaba en ese momento: alguien que lo comprendiera sin reproches, que estuviera siempre disponible y que le mostrara el afecto que anhelaba.
En su cuarto largometraje, Spike Jonze enfoca con su particular mirada la soledad del ser humano y detalla cómo una persona rota y necesitada se aferra a aquello que le devuelve las ganas de vivir. Aunque se trate de una máquina. Una inteligencia artificial que, a pesar de no poder ser acariciada, llega a conmover al protagonista por su cariño, su empatía y su esfuerzo por lograr entenderlo y completarlo. Theodore, a cambio, le descubrirá un mundo de sensaciones y le mostrará cómo es la vida a través de sus ojos. Al final, ambos acabarán enamorándose en una conmovedora historia de amor.
El director norteamericano deja que sea el espectador quien juzgue esta relación y se dedica a plasmar con acierto y mucha emotividad el romanticismo entre Theodore y Samantha en una sociedad que ve aceptable la comunión entre el hombre y la máquina. La ternura la pone un inmenso Joaquin Phoenix, que con su rostro –que aparece casi continuamente, al carecer la película de su 'partenaire'– transmite a la perfección tanto la tristeza como la felicidad que siente su personaje. La sensualidad era en este caso obra de la voz de Scarlett Johansson, pero el doblaje en España nos vuelve a dejar un filme amputado.
Con un ritmo pausado y envuelta en una agradable y emotiva banda sonora, la trama avanza describiendo las crisis a las que, como cualquier pareja, ambos protagonistas deben enfrentarse. La parte final roza demasiado la cursilería, pero la historia está tratada con tanta sencillez y naturalidad que Jonze consigue que el público conecte con el protagonista y que las dos horas de metraje se llenen de melancolía.

Diario de Navarra / La séptima mirada
Asier Gil
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