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Voto de Gaspi19:
7
2020
Jack Thorne (Creador), Damien Chazelle (Creador) ...
6,6
846
Serie de TV. Musical. Drama
Miniserie TV (2020). 8 episodios. Un drama musical ambientado en el París contemporáneo multicultural, que gira alrededor de un club, su dueño, una banda y la ciudad caótica que los rodea.
14 de mayo de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay, The Eddy. Club del sótano ensombrecido por las luces de los focos que apuntan a las estrellas. Música tan real como un brazo, que solo oyen los que escuchan.
Ay, Chazelle. Después de cocinar la tortilla de catálogo, rellena de utopía y sueño americano blanco hollywoodiense, agarras la sartén y rascando lo quemado donde la mayoría nos encontramos, creas una serie que ilusiona por la ilusión de los ojos de la música y no por el brillo de sus estrellas.
The Eddy es un proyecto casi arriesgado. Una serie recomendable, un producto post-Hollywood en el que se hablan hasta 5 idiomas con una dirección interesantísima que deja espacio siempre a la actuación. Un estilo centrado en los músicos, y no en el plano al corte. Su música es espectacular, y en general las escenas donde esta es la protagonista me resultan brillantes y originales. Las actuaciones de Leïla Bekhti y André Holland son hipnóticas.
Una serie que intuyo, podría haber sido una obra maestra de no ser por su guion.
Sigue en spoilers.
Ay, Chazelle. Después de cocinar la tortilla de catálogo, rellena de utopía y sueño americano blanco hollywoodiense, agarras la sartén y rascando lo quemado donde la mayoría nos encontramos, creas una serie que ilusiona por la ilusión de los ojos de la música y no por el brillo de sus estrellas.
The Eddy es un proyecto casi arriesgado. Una serie recomendable, un producto post-Hollywood en el que se hablan hasta 5 idiomas con una dirección interesantísima que deja espacio siempre a la actuación. Un estilo centrado en los músicos, y no en el plano al corte. Su música es espectacular, y en general las escenas donde esta es la protagonista me resultan brillantes y originales. Las actuaciones de Leïla Bekhti y André Holland son hipnóticas.
Una serie que intuyo, podría haber sido una obra maestra de no ser por su guion.
Sigue en spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ay, Netflix. ¿Era necesaria esa trama de mafiosos?
Como si la vida en las periferias de París de un grupo de músicos abocados a la miseria fuera poco interesante. Como si de por sí una madre viuda con dos hijos no fuera suficiente. Como si la necesidad de conseguir un contrato con un sello musical para no cerrar el club que es sustento, alma, e identidad de estos personajes, no causara tensión en cada una de las cientos de posibles notas que podrían fallar. Como si el conflicto de una estrella mundial que recibe a su hija adolescente problemática después de que su otro hijo haya muerto y en consecuencia, dejara de tocar el piano, fuera poquita cosa.
"No, no nos vale". "Que haya más acción, necesitamos que teman por sus vidas. Que las tramas confluyan, aunque sea de manera artificial. Que un chaval tire gasolina y por la noche trabaje en la barra. Que la policía sea una persona, e inepta. Que muera gente. Todo el mundo sabe que donde hay minorías raciales, hay drogas, armas, maleantes, y un capo mafioso ruso controlando a ucranianos, rusos, argelinos y algún francés. Pues sí, yo que sé, ¿Los pobres son así no? Y a poder ser, que no cierre bien, así en caso de que a la clase media le siga atrayendo la vida peligrosa de las calles que no pisa, sacamos un poco más de ratio de pantalla.
Todo lo atractivo, diferente y original que veo en esta serie, siento que es a la vez una parodia de sí mismo. Ahora que está de moda que los ricos lleven chándal, Netflix saca una serie donde la cámara se mueve mucho; "mira, mira qué real que soy".
Lo último. No he podido sentirme menos que defraudado al hacerme consciente que al único que falsean sus tomas tocando, haya sido al Gran Elliot Udo.
Quizá hubo miedo de que el tema del jazz no fuera suficiente, pero voy a rescatar una frase de otra película y ciudad, la de las estrellas: "A la gente le encanta lo que a otros les apasiona".
No, los solos de batería no solo, impresionan. Los solos de batería gustan.
Como si la vida en las periferias de París de un grupo de músicos abocados a la miseria fuera poco interesante. Como si de por sí una madre viuda con dos hijos no fuera suficiente. Como si la necesidad de conseguir un contrato con un sello musical para no cerrar el club que es sustento, alma, e identidad de estos personajes, no causara tensión en cada una de las cientos de posibles notas que podrían fallar. Como si el conflicto de una estrella mundial que recibe a su hija adolescente problemática después de que su otro hijo haya muerto y en consecuencia, dejara de tocar el piano, fuera poquita cosa.
"No, no nos vale". "Que haya más acción, necesitamos que teman por sus vidas. Que las tramas confluyan, aunque sea de manera artificial. Que un chaval tire gasolina y por la noche trabaje en la barra. Que la policía sea una persona, e inepta. Que muera gente. Todo el mundo sabe que donde hay minorías raciales, hay drogas, armas, maleantes, y un capo mafioso ruso controlando a ucranianos, rusos, argelinos y algún francés. Pues sí, yo que sé, ¿Los pobres son así no? Y a poder ser, que no cierre bien, así en caso de que a la clase media le siga atrayendo la vida peligrosa de las calles que no pisa, sacamos un poco más de ratio de pantalla.
Todo lo atractivo, diferente y original que veo en esta serie, siento que es a la vez una parodia de sí mismo. Ahora que está de moda que los ricos lleven chándal, Netflix saca una serie donde la cámara se mueve mucho; "mira, mira qué real que soy".
Lo último. No he podido sentirme menos que defraudado al hacerme consciente que al único que falsean sus tomas tocando, haya sido al Gran Elliot Udo.
Quizá hubo miedo de que el tema del jazz no fuera suficiente, pero voy a rescatar una frase de otra película y ciudad, la de las estrellas: "A la gente le encanta lo que a otros les apasiona".
No, los solos de batería no solo, impresionan. Los solos de batería gustan.