Parece ser que Nicolas Winding Refn le ha cogido el gusto a los neones y no sabe hacer otra cosa que imitar a Gaspar Noé, e incluso le roba sus actores más recientes.

Visualmente es la repera, como un escaparate inmaculado, pero como historia está vacía, sin contenido, una horterada con una buena banda sonora, como los videoclips musicales de esos grupos indie y electrónica-de-hojalata tan de moda en Spotify para quinceañeras. Básicamente, el cine que hace este danés es exactamente lo que pretende criticar en esta obra; Puro postureo. Sin duda, es la película perfecta para ser emitida después del "Cámbiame" en Telecinco.

Las actuaciones son buenas, aunque precisamente la inexpresión de sus actores es lo único que encajaría con un guión tan superfluo y simple. Keanu Reeves.. ni pincha ni corta, otro cara-de-maniquí de más en esta obra.

Y es que supongo que puesto hasta el culo de MDMA este spot publicitario de 2 horas debe de ser la ostia, pero estando sobrio es un bodrio, eso sí, muy colorido. Una oda a la generación post-millennials, y esas modern@s de pueblo que quieren convertirse en los influencers del día, este, debe de ser la máxima expresión del significado del arte hoy en día(que no es otra cosa que vender un bonito envoltorio, relleno de serrín), pero a mí, no me la pegan con esta baratija e intento de cine giallo en fullHD, por muy brillante que reluzca.