Tenía curiosidad por ver cómo sería esta adaptación cinematográfica de la obra de Shakespeare.
No tenía ni idea de lo que me encontraría. Antes de ver una película procuro no leer críticas ni ver trailers.
La película empieza con un noticiero a modo de introducción. Me gusta.
Luego, una de las primeras escenas se desarrolla en una gasolinera. Ahí presenciamos el primer enfrentamiento callejero entre los Capuletos y los Montescos. Los personajes recitan el texto de Shakespeare pero sus pintas son las de dos bandas callejeras propias de Los Ángeles de los años 90. Menudo contraste. Me parece todo muy extravagante. Su forma de moverse, los planos, el ritmo de la escena. ¿Pero esto qué es? ¿La MTV? Pensé que en cualquier momento saldrían Lady Gaga o Kate Perry. Pero luego recordé que en 1996 debían estar todavía en el instituto. Menos mal.
Ya estaba barruntando que si esto seguía así no me iba a divertir mucho. Pero aún me quedaba la baza de Leonardo DiCaprio. El chaval aún no había aparecido en escena. Y le tengo fe, porque a parte de ser un gran actor sabe elegir sus papeles, no se suele involucrar en malas películas.

Por fortuna, la película va mejorando a medida que se va desarrollando. Puede producir un cierto rechazo al principio, a mi me pasó. Pero la historia en sí es buena. Además los diálogos son cada vez más comprensibles, a pesar de que procuran respetar el texto original de Shakespeare.
Otro punto a favor de la película es el personaje de Fray Lorenzo. Sus escenas son de lo mejor de la película.
Algunas de las secuencias de este "Romeo y Julieta" son muy resultonas, como la del enfrentamiento en la playa entre Mercucio, el mejor amigo de Romeo, y el primo de Julieta. Pasamos de un día soleado, donde los jóvenes se divierten, a un fatal desenlace acompañado de una tormenta que presagia la desgracia que está por venir para las dos familias. Aquello parecía una escena de "Los diez mandamientos".
También me gustó la escena en la iglesia en la que suena una versión de "When Doves Cry" cantada por un niño del coro. Muy chulo, sí señor.
En general las actuaciones de los actores me parecen convincentes. Obviamente la suya es una forma de actuar muy teatralizada, poco común en el cine moderno, pero seguramente el apropiado para representar una obra de Shakespeare.
Las palabras que salen de sus bocas y su aspecto desde luego es anacrónico, pero no me chirría. ¿Quién habla así hoy día? Nadie. Sin embargo, acabas por acostumbrarte por muy ridículo que te pudiera parecer al principio.
Resumiendo, es una película atrevida, con momentos un tanto ridículos y otros bastante originales. Me pareció entretenida. Que no es poco.