A uno se le viene a la cabeza la magnífica "Fargo" cuando comienza a ver esta película, y eso no es precisamente una ventaja para "La huida". La famosa película de los hermanos Coen confluye en algunos aspectos con la que nos ocupa, manteniendo la tensión del thriller de principio a fin.

Lógicamente no aguanta comparaciones y es por eso que es mejor olvidar y disfrutar de una película irregular que se contagia muy pronto del paisaje, y a la que le falta brío y emoción para ser un poco más particular. El director rueda de manera impersonal una película que juega con la capacidad que imprima a sus personajes de empatizar con el público, y que no presenta a los roles ni muestra sus vidas desde el comienzo de los problemas. Hubiera sido interesante ver algo más que el presente, aunque hubiera sido en forma de flashbacks.

"La huida" es en el fondo una historia de personajes con buen corazón inmersos en situaciones complicadas, que necesitan ser queridos y arropados, y es difícil transmitir esos sentimientos cuando no hay pasión en la dirección. De manera fría van apareciendo las secuencias de la historia y el thriller mantiene la expectación, pero al no haber un misterio, todo tiene un final algo previsible.

Aún así, es muy interesante ver la adaptación de estos personajes al medio que les rodea y a unas vidas complicadas de vivir. Los personajes principales están correctamente interpretados, especialmente un Bana cuya mirada refleja dolor y obsesión, pero las mejores interpretaciones llegan de la mano de los secundarios Spacek y Kristofferson, contenidos y tristes, y que al final son eje importante de la historia.