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España España · Madrid
Voto de Moody:
7
Drama Después de cuatro años de separación, Ahmad viaja de Teherán a París a petición de Marie, su esposa francesa, para resolver los trámites de su divorcio. Durante su estancia, descubre la conflictiva relación entre Marie y su hija. Sus esfuerzos para mejorar esa relación sacarán a flote un secreto del pasado. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2014
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Farhadi llamaba la atención del mundo cinematográfico allá por el año 2011, en el que con "Nader y Simin, una separación" lograba todas las nominaciones posibles y se coronaba con el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Desde ese momento el director iraní, que firmaba guión y dirección, se caracteriza por su minuciosidad a la hora de construir historias con dramas personales, y perfilar roles humanos y cercanos. Ahora llega "El pasado" y no nos sorprende en absoluto el nivel que tiene la película.

Farhadi es un gran director de actores y lo demuestra. El resultado de los larguísimos ensayos previos a la grabación se nota en pantalla, y su película se aprovecha de una gran puesta en escena que por momentos parece teatro de lo cercano que es. Los diálogos son profundos y milimétricos, y el mimo por el detalle se ve en cada fotograma. La tristeza de los personajes se mimetiza con una casa, una ciudad, una tienda... Todos los elementos están estudiados pero no quedan impostados: la naturalidad se hace presente y marca el ritmo en unas situaciones algo rebuscadas pero que pueden ocurrir en la vida misma.

Con esta premisa, el reparto debe ser moldeable y comprometido, y la película encuentra estas características en los cuatro protagonistas. A su modo, cada uno ofrece a la película lo mejor de sí mismos, y en su posición resultan tan creíbles y cercanos que podrían ser los vecinos del quinto con sus problemas y alegrías. Impresionante Bejo, que demuestra con palabras tanto como transmitía sin ellas en "The artist", es el núcleo alrededor del cual gira el argumento principal. Con mucho nervio, su actuación es carismática e intensa con niños y adultos, y se lleva todos los focos. Pero sería injusto quedarse sólo con eso cuando a su lado brillan con luz propia Rahim y Mosaffa, satélites de Bejo que detonan situaciones con sus silencios, con sus actos y sus miradas. Si a esto les sumamos a los más pequeños o a la adolescente Burlet (que soporta un gran peso dramatico sobre sus párpados con inusitado desparpajo), la elección del reparto es idónea.

Se trata de una película compleja, que tiene un puñado de situaciones que desencadenan nuevas líneas de guión y que es posible que intente rizar el rizo en alguna secuencia, pero que reacciona rápidamente para no alargar más de la cuenta y que el espectador no se quede en la madeja y avance con el argumento. Una gran película sobre la dificultad de las relaciones familiares y de pareja a la que Farhadi sabe insuflar humanidad y cercanía a la vez que desencadena situaciones reales y creíbles.
Moody
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