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España España · Madrid
Voto de Moody:
7
Drama. Intriga Un joven (Ryan Gosling) empieza a trabajar como jefe de prensa de un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Durante la campaña tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político. Adaptación cinematográfica de la obra teatral "Farragut North" de Beau Willimon. (FILMAFFINITY)
16 de mayo de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste pero cierto que lo que muestra la película se parezca bastante a la realidad de una política en casos puntuales corrupta y llena de favores concedidos bajos la mesa que desembocan en decisiones no siempre convenientes para la gran masa social.

En "Los idus de marzo" Clooney pone el dedo en la llaga construyendo una historia que tiene como fondo la campaña de elección del candidato demócrata para las presidenciales estadounidenses, pero que es universal y podría darse en cualquier otro lugar. Esto es realmente lo más inquietante de todo. ¿Puede un candidato aparentemente intachable llegar a lo más alto sin que alguien encuentre un fallo por el camino? Lo que le interesa a"Los Idus de Marzo" no es el cara a cara entre los candidatos, sino lo que sucede entre bastidores, es decir, los tejemanejes de los responsables de la campaña para asegurar la victoria de su jefe. Sin embargo, eso no quiere decir que los idealismos queden de lado.

Clooney, director y candidato ideal e incorruptible, eligió a Gosling para que diera vida a su segundo de abordo en la ficción. Gosling trabaja con esmero este papel bombón y dibuja una progresión acentuada viendo descubriendo poco a poco, junto con el espectador, grietas en su referente, y convirtiéndose así en lo que finalmente será.

Quizás la forma de narrar la historia no sea demasiado novedosa, y es possible que el Clooney guionista (aquí acompañado) intente llevarnos a un género como es el thriller en el que estamos acostumbrados a guiones más tramposos con cierto rigor. Todo esto importa más bien poco porque acabamos de ver una película que nos muestra algo aterrador. Aún tendremos que esperar para ver la película definitiva sobre este tipo de cine político, mientras tanto habrá que conformarse con apreciables propuestas como ésta.
Moody
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