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España España · Madrid
Voto de Moody:
3
Ciencia ficción. Intriga. Acción. Drama El Dr. Will Caster (Johnny Depp), prestigioso investigador en el campo de la Inteligencia Artificial, trabaja en la creación de una máquina sensitiva que combine la inteligencia colectiva con las emociones humanas. Sus controvertidos experimentos le han hecho famoso, pero también lo han convertido en el principal objetivo de extremistas anti-tecnológicos. Su mujer Evelyn (Rebecca Hall) y Max, su mejor amigo (Paul Bettany) son sus ... [+]
20 de julio de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que “Transcendence” tenía reclamos suficientes como para acercarse al cine a verla. Su tráiler enseñaba algunas cartas interesantes que parecían merecer la pena, pero una vez vista, sus intenciones de desvanecen y su acción no tiene la fuerza necesaria. Estamos ante un film menor.

El problema de la película es su indefinición. En ningún momento tiene claro si quiere desarrollar la trama de la ciencia-ficción o si quiere avanzar en la temática de la denuncia social. Esta incapacidad para decidirse llega en parte porque el guión está diseñado para que la trama social lleve el peso del drama, una sociedad que se ve indefensa ante el ataque de la tecnología que ella misma ha creado. Ante este dilema ético, el guión tiene algunas respuestas que, aunque vagas y sin terminar de exponer, son sus respuestas y no se pueden criticar. En este terreno la película se difumina por su propia ambigüedad, con lo que el resultado de esta parte resulta, cuanto menos, caótico.

Sin embargo, mientras el guión se centra en este aspecto, el presupuesto se centra en sus cosas, que para eso asciende a unos 100 millones de dólares. Una cantidad con la que se pueden hacer auténticas virguerías, y que, quitando la parte de la publicidad y los cachés de los protagonistas, se destina en su totalidad a intentar que la película tenga los mejores efectos especiales que pueda. Efectos especiales que no cumplen su objetivo, ya que seguramente los hayamos visto mejores en otras ocasiones.

Con esta mezcla en la que cada uno hace la guerra por su cuenta, solo las interpretaciones y la dirección podrían sacar la cabeza y reivindicarse, pero parece que lo dejan para otra ocasión. En la dirección Pfister, para quien es su ópera prima, está muy verde para volar solo. Sus años de trabajo al lado de gente tan importante como Christopher Nolan parece que no le han servido para mucho, y ni siquiera su Óscar como mejor fotografía por “Origen” demuestra de lo que es capaz. El proyecto le queda grande y su falta de inexperiencia no le permite exprimir situaciones o tirar de chistera para aprovechar los pocos momentos de la trama con más fuerza.

Pero quizás lo verdaderamente decepcionante es la aparente poca implicación de los protagonistas, especialmente Deep, que se nota en el conjunto con personajes planos y monótonos que no traspasan la pantalla y dejan indiferente al espectador. Deep, reclamo innegable para cualquier película, se desentiende de su personaje desde el principio y se limita a soltar las frases cuando toca mientras le pasa su cuenta bancaria a la productora. Esta desgana se contagia a sus compañeros Hall y Bettany (ya ni hablamos de los conocidos y desaparecidos Morgan y Mara) que no pueden hacer otra cosa que seguir al líder. Siendo buenos intérpretes es una lástima derrochar talento.

Película que se contradice a su propio título, no aporta absolutamente nada diferente en el panorama cinematográfico, y pone de manifiesto la dificultad de encontrar una película decente en según qué fechas. Las distribuidoras son inteligentes y saben en qué momento se buscan los premios y en cuáles las taquillas veraniegas, pero en este caso “Transcendence” parece que no va a encontrar ninguna de las dos cosas ni en el mercado nacional y en el internacional.
Moody
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