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España España · Madrid
Voto de Moody:
6
Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Daniel Sánchez Arévalo sabe conectar con el público es conocido por cualquiera que haya visto alguna de sus películas, que empatizan con diálogos directos, cercanos y convincentes para narrar la historia.

"La gran familia española" se ubica en el día que la ilusión de un país llevó a un puñado de hombres a ser los reyes del mundo futbolístico, un día en el que todos éramos uno solo. Y esto encadena claramente con la película, puesto que los hermanos que forman la familia son también uno solo porque están unidos ante los problemas y ante las situaciones que les llegan. Esa piña que forman es el núcleo de una película que narra múltiples historias perfectamente situadas en el tiempo y que tienen sentido incluso cuando el director, en una demostración del dominio que tiene sobre lo que quiere mostrarnos, elige palabras sueltas de diferentes conversaciones para crear una sola.

Esa cercanía se basa principalmente en un sólido guión con diálogo chispeantes pero que a veces echa algún borrón en forma de inevitable cliché. En un nada velado homenaje a "Siete novias para siete hermanos" (sus imágenes abren y cierran la película), Arévalo quiere meter, parece que con algo de ayuda de un calzador, una entrada en la boda en forma de baile coreografiado por los invitados que chirría un poco, puede que porque el espectador aún no ha entrado en la película y está frío. Son los detalles menos positivos para un conjunto de muy buena factura que entretiene durante su escasa hora y media.

Arévalo tira de actores conocidos por él de anteriores trabajos para llevar el peso de la película. Tanto Gutiérrez como De la Torre son actores fetiche y conocen lo que el director busca en ellos. Gutiérrrez vuelve al papel en el que se siente más cómodo, y aunque parece querer hacer una evolución, de nuevo es ese personaje que lleva un gran peso encima y que no quiere compartir. Todo el reparto está correcto aunque algunos personajes podrían haber sido más desarrollados y se han quedado en poco. Y dos detalles: Roberto Álamo y su magnífica interpretación de hermano con deficiencia; y Sandra Martín que incluso sin hablar se merienda a sus compañeros de secuencias.

Aunque parezca una comedia, que por muchos momentos lo es, en realidad "La gran familia española" tiene mucho de drama porque en el fondo la celebración familiar se ve empañada por un hecho triste, pero todo redondeado con finales amables para las historias que la componen.
Moody
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