Al final se nos van a acabar las sagas literarias que adaptar a la gran pantalla. Con lo bien que le vienen a la industria estos libros, que libran a los guionistas de sentarse delante de su ordenador, ante la soledad de la hoja en blanco, y desarrollar una idea original. Ante esta falta de nuevas ideas, el filón a explotar son estos libros que presentan un futuro apocalíptico, con personajes juveniles sobreviviendo y enamorándose entre persecuciones, disparos y acción en cantidades ingentes.

"La quinta ola" nos presenta a ese personaje femenino adolescente, la heroína que todo lo puede gracias a su tenacidad, tesón y fuerza de voluntad, pero en el fondo tan vulnerable y desprotegida como todos los demás. Lo cierto es que a todos nos vienen a la cabeza las grandes protagonistas en esto de desenvolverse en futuros distópicos: Katniss Everdeen y Tris Prior. El problema es que "La quinta ola" no tiene nada que ver con "Los juegos del hambre" ni con "Divergente" ni en su propuesta ni en su exposición, porque mientras en éstas existe un dilema moral ante la responsabilidad que sus personajes soportan, una crítica social a un gobierno autoritario, en ésta Grace Moretz se pasa despistada toda la película debido a un personaje plano y aburrido. Una lástima contar con una de las actrices con más futuro de su generación y terminar desaprovechando su talento y su fama.

No hay motivo para pensar que la película tenga el más mínimo interés en llevar un paso más allá el sencillo argumento que le ocupa: los alienígenas llegan a la Tierra dispuestos a acabar con la raza humana. Nada nuevo en un horizonte que también incluye un montón de ataques, conocidos por el hombre, en las que Los otros (se han dejado la imaginación en el nombre) quieren acabar con nosotros. Para acabar con ellos, la película explora el terreno menos original, haciendo que los niños tengan un papel fundamental (ninguno de los guionistas ha visto "El juego de Ender"). Por supuesto, y gracias a un giro nada inesperado de este absurdo guión, la película tiene excusa para acabar el discurso y amenazar con una segunda parte.

A estas alturas a "La quinta ola" ya sólo le queda jugar la baza de la recaudación, ya que las críticas tan negativas hacen complicada una segunda entrega de una saga que pretendía convertirse en una franquicia de éxito al calor de otras mucho más estimulantes y arriesgadas. Su director tampoco se complica su trabajo y echa de menos algo más de experiencia, firmando una puesta en escena de lo más rutinario que se pueda imaginar, con situaciones impensables resueltas del modo más ridículo.