Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Moody:
5
Thriller. Intriga Un padre y sus dos hijos juegan a ver quién llega primero a la calle desde un séptimo piso: si el padre en el ascensor o los niños por las escaleras. Cuando el padre llega a la planta baja, resulta que los niños no aparecen, no hay ni rastro de ellos. Empieza entonces una búsqueda frenética por parte del padre (Ricardo Darín) y la madre (Belén Rueda). (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquiera diría, después de ver "Séptimo" que básicamente se trata de un corto bastante largo. Y no es solo por su duración, que no alcanza los noventa minutos ni aguantando los títulos de crédito, sino porque su inicio, su desarrollo, y sobre todo su extraño final son aptos para un telefilme convincente, pero no para una película a estrenar en carteleras.

Su gancho, un thriller de misterio angustioso y cercano, de ese que le puede ocurrir a cualquiera, es bastante pobre porque tiene poca base sobre la que sustentar sus cimientos. Amezcua no crea un ningún momento una atmósfera viciada en la que el espectador no pueda casi respirar, y el conjunto se resiente porque uno de sus ganchos no existe. Todo parece un simple juego de niños a pesar de que la acción ha comenzado hace un buen rato.

Una vez desencadenada la acción, al guión le falta experiencia a la hora de desarrollar un buen thriller: dejar unas cuantas pistas falsas, colocar algunos personajes como sospechosos aunque no tengan nada que ver con la historia, y sobre todo dibujar un escenario en el que las posibilidades se multipliquen para que el espectador se adentre en la historia intentando resolver el caso. Todos estos elementos, mil veces utilizados pero siempre solventes, se echan de menos en una película que se apoya en un débil macguffin (la trama de corrupción de Darín) para desviar los focos pero que no tiene más suspense.

A pesar de sus debilidades, "Séptimo" tiene en su haber las convincentes interpretaciones de Rueda, y sobre todo Darín. El argentino siempre ofrece algo a lo que agarrarse aunque el conjunto tengan fallos, y esta caso no es una excepción. Su composición de padre agobiado por perder a sus hijos en un trayecto tan conocido como una escalera está por encima del nivel de la película. El espectador cree que es capaz de hacer cualquier cosa por encontrarlos, y emana cercanía y realidad a la vez que se excede cuando es necesario. Ambos están inmersos en un proceso de divorcio que le da un toque de realidad al relato.

Sin embargo, lo más sonrojante llega en su conclusión, dando la sensación de que a la película le falta al menos media hora para asentar las ideas expuestas y cerrar los cabos dignamente. Es aquí donde la inexperiencia se deja notar, y la película hace el ridículo mas espantoso son uno de los finales más absurdos que se recuerdan. No hay que desvelar demasiado de lo único que debería tener cierto interés en esta película plana, pero solamente decir que que sus último veinte minutos deberían haber sido eliminados y reescritos nuevamente. Y esto siendo amables.
Moody
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow