Hay películas de serie B o de bajo presupuesto que esconden sus carencias dedicándole más tiempo al guion o a los textos, este no es el caso de “Dark was the night”.
Sus carencias quedan evidentes hasta en el diseño de la criatura que la ocultan lo máximo posible para evitar la vergüenza. Eso sí, nos queda claro que tiene unas buenas pezuñas.
En el pequeño pueblo de Maiden Woods están ocurriendo una serie de crímenes por una criatura que solo ha dejado como pista unas sospechosas huellas que no parecen corresponder a ningún animal conocido.
El sheriff Paul Shield (Kevin Durand) solo cuenta con un ayudante para hacer frente al misterio que según comentan los lugareños es una criatura ancestral que vive en el bosque desde tiempo inmemorial.
La película cuenta con la única baza de mantener el suspense escondiendo la procedencia de la criatura tanto que solo aparece en escenas fugaces.
Como decía el poco trabajo dedicado en una historia floja y con pobre argumento tampoco nos entretiene una subtrama que nos muestra a un sheriff de un pequeño pueblo que se encuentra traumatizado por la pérdida de uno de sus hijos y que tampoco trasmite confianza a su población para hacerle frente a una criatura que está causando estragos en el sustento de la caza y la ganadería.
En el reparto nos encontramos a algunos actores secundarios como Kevin Durand, conocido por la serie de vampiros “Strain”, o Lukas Haas recordado por su papel de niño en la estupenda “Único testigo”.
En definitiva, lo peor es que dejan un final abierto. Espero que nadie se interese por hacer un “Pezuñitas 2”.