Tal vez una de las películas menos conocidas de su director William Friedkin, tanto que ni siquiera llegó a nuestras pantallas de cine.
A pesar de contar con grandes títulos como French Connection o El Exorcista que forman parte de la cultura popular nos encontramos con un film que se acerca al abismo pero no por que sea una mala película, si no por la extravagancia de la misma. Se podría comparar a otra rareza como Bug (2006), otro film inédito en España.
Estamos ante un thriller desquiciado con un personaje Chris Smith (Emile Hirsch) pasado de rosca que tiene adeuda una gran suma de dinero con lo cual idea un plan para matar a su madre y de esa forma cobrar el seguro de vida.
Es cuando busca para hacer el trabajo a Joe que además de asesino es policía lo que le hace ser doblemente peligroso.
La historia está llena de círculos familiares rotos, personajes marginales, muchos de ellos con la etiqueta de perdedores.
Con el apoyo de grandes interpretaciones por Matthew McConaughey como Joe y Gina Gershon como Sharla Smith que nos reservan una escena en su tramo final de gran contenido violento y un morbo impresionante que hará subir la excitación corporal unos cuantos grados. Me reservo mencionar algo más sobre la escena para no desvelar la sorpresa y no hacer spoiler gratuito.