Lo primero que llama la atención en “Alita, Ángel de combate” es la intervención de James Cameron en el guion, escrito conjuntamente con Robert Rodríguez y Laeta Kalogridis, ésta aunque parece la menos conocida ha firmado guiones tan importantes para títulos como “Pathfinder”, “Guardianes de la Noche” o “Shutter Island”.
Los cerebros de Cameron y Rodríguez creo que nadie pondría en duda que son la unión perfecta para desarrollar un film con vistas comerciales que dieran sus frutos en las arcas de recaudación y a su vez así atraer a las grandes audiencias. Sus nombres aseguran belleza técnica y espectacularidad.
Alita, Ángel de combate es la traslación a la gran pantalla del manga cyberpunk de 1993 de Yukito Kishiro.
La historia transcurre en el año 2053 donde la Tierra ha sido arrasada por una catastrófica guerra.
El mundo ha quedado dividido en “Ciudad de Hierro”, una ciudad sucia, violenta y donde abundan los cyborgs y Salem, una ciudad flotante espejo de un paraíso idílico al que cualquiera le encantaría vivir en él.
Alita (Rosa Salazar) es rescatada de un vertedero galáctico por Dyson Ido (Christoph Waltz) un médico cirujano que aspira devolverle la vida al cyborg abandonado.
En su nueva vida no recuerda nada y deberá buscar pistas sobre su pasado. A la vez es dotada de excepcionales habilidades para combatir contra sus enemigos.
Alita tendrá que sobrevivir en un lugar peligroso donde la lucha y el combate de cyborgs es el pan nuestro de cada día. Tendrá tiempo hasta de encontrar emociones y de sentir latir su corazón de metal por Hugo (Keean Johnson), un joven chatarrero que sueña con vivir en la onerosa ciudad flotante de Salem.
Hay combates impresionantes que harán las delicias de los amantes a los mangas.
Es original ver la caracterización de Rosa Salazar en el personaje de Alita donde la mezcla entre la actriz y el ordenador dan como resultado unos ojos realmente grandes que destacan en su cara recordando a los personajes de los mangas japoneses.
Las influencias del film son claramente a los realizados en los 80 aunque también recuerdan a títulos más cercanos como Ready Player One o Wall-E.
El resultado es una película entretenida con grandes dosis de acción y con una estética que rebosa influencia a los mangas japoneses por todos sus poros.