Tenía mis dudas de que éste Amityville me fuera a conmover, y efectivamente la mecha se encendió y la traca explotó. De todas formas me apetecía verla por el actor Cameron Monaghan, al cual he visto crecer en la serie Shameless y tantas buenas tardes me ha hecho pasar tronchándome de risa con él y su variopinta familia,
aprovecho y envío un voto de confianza para la gente a la que no conozca la serie para que se anime a verla.
He de decir que Cameron participa en la serie Gotham en la que protagoniza al excéntrico personaje del Joker y lo borda.
Pero cuando se es tan joven hay que saber dar los pasos necesarios y saber elegir el rumbo a seguir.
En Amityville se ha torcido el rumbo y se ha pegado una buena leche. Lo digo por que la película no la salva ni él, ni Jesucristo que se prestase.
Son de las típicas que desde los créditos iniciales ves que va camino al fracaso y así ha sido.
No han sabido exprimir las dotes que posee el joven actor, al que desde el principio lo vemos postrado en una cama en coma y en ningún momento explican por que se halla en esa situación.
Todo queda resumido a unos ligeros sobresaltos, a las típicas escenas que juegan con la realidad y sueño, unas caras feas que te dejan la tuya como la de un bobo.
La película original detalla que un padre de familia Ronald De feo, es que con este nombre no puede salir nada bueno, escopeta en mano mata a su familia aparentemente por que unas voces en la casa le mandaba “matarlos”.
En esta nueva versión no se han rascado la mollera y han repetido la historia, no voy a decir quien coge la escopeta por no caer en el spoiler pero no es difícil de deducir ¿eh?.
Una más de estirar el chicle de las sagas y pasar por caja a cobrar.