Algunos podrán decir antes o después de ver esta película que la sombra de La La Land es muy larga, y es cierto, el talento del romántico paralelo de Whiplash de la mano de Damien Chazelle aportó riesgo al género y supo muy bien homenajear tanto al cine clásico y musical como resucitar un género bastante herido actualmente como es el jazz. Pasando de las comparaciones que muchos hacen y compartiendo género y letristas en la banda sonora he de decir que a nivel musical es una película extraordinaria. No aporta frescura, ni riesgo, se acerca más a lo convencional por mucho que el personaje de Hugh Jackman quiera romper con ello y así lo logra, contratando para su circo a personas que rompen con lo convencional y así dotando de vida, personalidad y alegría a este espectáculo que todavía no me explico como puede ser un debut a nivel de dirección. Es cierto que puede que el personaje de Barnum no esté retratado de la forma más realista y al igual que con Walt Disney en Al encuentro de Mr.Banks se hayan encargado de endulzar al personaje más allá de posibles malas acciones que hayan hecho en la vida real.
A nivel de guion es cierto que la película no da grandes dialogos, salvo algún momento de Hugh Jackman lúcido, pero sí da buen nivel a la interpretación del ya mítico Logan, ahí denota que en un mismo año ha sabido manejar dos registros completamente distintos y que se debería de valorar más a este actor, increíble tanto actuando como cantando. Es cierto que la relación romántica entre Efron y Zendaya no funciona porque sirve más como un contraste de clases para servir como crítica que la hace bastante a lo largo de los 97 minutos pero se queda más en una relación de atracción superficial que de amor pese a que gracias a esa relación tengamos el momentazo musical de Rewrite the stars. También se puede decir que es una película predecible y que va demasiado rápido en su evolución argumental. Aún así, la película ni deja cabos sueltos, ni es efectista. La cinta de Gracey cumple su propósito de entretener, deslumbrar en lo visual a nivel de diseño de producción y música y sobretodo traslada un mensaje necesario en estos tiempos, que a la vez funciona como un mensaje atemporal ya que los sueños siempre hay que luchar por ellos, las personas diferentes merecen un hueco en este mundo y no escondido, de los problemas hay que crear soluciones, ser optimistas, luchadores y ante todo valorar la familia por encima del éxito y dinero. Dicho esto, solo me queda decir que habiéndola visto dos veces, he llorado con cada canción de emoción y sirve al igual que La La Land de homenaje al cine clásico y jazz, como homenaje a algo que también está de capa caída actualmente que es el circo en comparación con años atrás. Una cinta popular, algo convencional pero el cine también son sentimientos y emociones y más aún el género musical. Sobresaliente.