Puede que parezca puro postureo el ver la película por primera vez justo después de la muerte de Debbie Reynolds pero lo veía necesario para homenajearla, además de retomar un género que tengo bastante abandonado y me viene bien antes de ver La La Land. Cantando bajo la lluvia ha resultado sorprendentemente una de las mejores películas musicales de la historia sino la mejor para mí junto a Mary Poppins y Sonrisas y lágrimas. No soy muy aficionado al cine clásico así que tenía mis dudas y finalmente fueron solventadas con esta dedicación al cine y a la música donde no solo expone de manera satírica el amor al dinero y las mentiras que se esconden detrás de una imagen bonita solo por vender que es expuesta por una divertidísima Jean Hagen. Gene Kelly pone toda la carne en el asador detrás y delante de las cámaras junto a los otros dos O'Connor y Reynolds que logran un espectáculo emocionante, divertidísimo y sobretodo asombroso en el término visual y coreográfico que deja boquiabierto y provoca muchas risas con canciones para recordar y momentos conmovedores. Un canto al cine, una obra dedicada con mucho amor al séptimo arte que ya hizo historia y seguirá haciendo como una magnífica obra musical que albergará en muchos corazones eternamente.