Cuando me enteré hace poco que el gran Thomas McCarthy se metía en un proyecto Disney me sorprendió mucho aunque a la vez tenía miedo de que perdiera el control creativo. Con una filmografía variopinta y mas aún tras la ganadora del oscar Spotlight tratando un tema tan crudo como la pederastia pasarse a un proyecto así es sorprendente como poco.
Dicho esto he disfrutado mucho de este híbrido entre Wonder y El diario de Greg con similitudes de otras cintas Disney como Alexander y el día horroroso y espantoso y La extraña vida de Timothy Green. Ambas cintas infravaloradas y con corazón pero menos sólidas que la que extrae McCarthy resultando una oda a la imaginación, al valor de ser diferente y respetar la inocencia infantil con ciertos valores relacionados a la naturaleza y a la amistad.
Los actores quizás estén un tanto sobreactuados aunque la trama requiere cierta exageración ante las situaciones que acontecen. Es una cinta pequeña, bastante honesta y a la vez entrañable, con un precioso mensaje y un sentido del humor agradable y blanco ideal para ver en familia. No es arriesgada ni tampoco lo necesita. A destacar un simpático Craig Robinson que cambia de registro al habitual y a la emotiva relación maternofilial. Espero que las nuevas generaciones ahora confinadas recuerden esta cinta desde su niñez a su madurez como una película encomiable que no pretendía ser gran cosa pero si dejar una pequeña huella en el corazón de cada espectador y eso hay que agradecérselo al talento de McCarthy sustentado por Disney plus.