No ha estado mal. Una película que no me llamaba mucho, pero viniendo del director de Expiación podría estar bien, y así ha sido. De todos modos, no sé, pero me esperaba algo más, algo diferente, que me enchanchara más. Saoirse Ronan está muy bien como Hanna, esa chica mezcla de Nikita + Kyle XY (nada, cosas mías, pero me ha recordado a estos dos personajes) compartiendo planos junto a Eric Bana y esa malilla que es la mujer interpretada por Blanchett. Al principio de la cinta he andado algo perdido, más que nada para saber para dónde tiraban los tiros. Merece una oportunidad en cine.