Jordan es un joven y famoso cantante de pop (salvando las distancias, cuando lo he visto por primera vez me ha recordado a Justin Bieber) que, un buen día, mientras quiere evadirse de la vida rutinaria y escapar del estrés de la fama, conoce a Emily, una chica guapa, con talento y muy infravalorada. Poco a poco, la amistad va surgiendo entre ellos dos. Unos personajes que pertenecen a dos mundos bien distintos, aunque el destino se ha propuesto unirlos para su bien. En general, me ha parecido una buena, disfrutable y a la par que simpática película de ambiente juvenil y con un final que consigue dejarte un muy buen sabor de boca. Mi nota final es de 7/10.