A Matthew McConaughey pasar de los cuarenta le ha sentado bien. La serie de la HBO True Detective, El Lobo de Wall Street y ahora esta película titulada Dallas Buyers Club (El Club de los compradores de Dallas). No sé cómo seria el Ron Woodroof original, pero sí puedo decir que la interpretación de Matt es una maravilla. Bien merecida la estatuilla de los Oscar. El tema del SIDA no es algo que sea tocado por primera vez en el celuloide. Recuerdo que a mediados de los noventa Jonathan Demme dirigió la gran Philadephia con un Tom Hanks enorme en la piel de un abogado homosexual y con la enfermedad de VIH. Le valió el Oscar al mejor actor, por cierto. Es un tema peliagudo de tocar, pero si se lleva a buen puerto puede salir algo realmente bueno. Esta película que nos ocupa es un buen ejemplo. Vale que no es un film diez, pero me decanto más por los personajes y los actores que los interpretan. Junto a McConaughey (nunca lo escribo bien y me he decidido a copiar su apellido) que parece un esqueleto andante, y entraría en el grupo de los actores que pierden peso (Rober DeNiro, Christian Bale o el mencionado Tom Hanks, estarían dentro de este grupo), nos encontramos a un Jared Leto haciendo de gay enfermo terminal y que de nuevo tenemos un gran papel entre manos. Tampoco me extraña que le dieran la estatuilla dorada. Y mencionar a Jennifer Garner, que parece que se quede en un rincón, al margen, pero su personaje también lo veo importante para la historia. La trama es puro drama, aunque hay algun que otro toque de humor que viene bien para que las casi dos horas que dura la cinta no se te hagan tan amargas.
La labor del maquillaje, un apartado con premio, y que hay que aplaudir. Ha ayudado a que los personajes se vean, luzcan y hagan creer que están muy mal. Y sobretodo las localizaciones y el estado dónde ocurre todo. Si hubiera sifo Nueva York, mira tampoco pasaría nada, pero es que ocurre todo en el estado de Texas. Allí por lo que veo son muy religiosos y encima se les cayó esto entre sus gentes. No hay más que ver Ron y sus "amigos" antes y después de conocer que tiene esa engermedad maldita. Y la cosa es que el VIH sigue vigente hoy día, aunque hay más curas, la cosa no tiene reparo.
Resumiendo: Es un film más que notable, con un buen reparto y que bien se merece un visionado. Adelante, y no lo lamentaréis. Tal vez salgáis de verla con los ojos llorosos, pero nada más.
Mi nota final es de 8/10.