La que es, en mi opinión la más infravalorada, incluso por debajo de la correcta segunda entrega de la saga A Todo Gas. Ya sin Vin Diesel ni el actualmente fallecido Paul Walker, la trama, el escenario se nos traslada de Estados Unidos al mismo Tokio. Lucas Black se hace dueño de la pantalla. Lo consigue, de hecho. conociendo a gente nueva en un instituto nuevo y en un país diferente. A mí se me haría raro. La visioné ayer y parece como si fuera ayer que la estuviera disfrutando en el cine. Ese inicio con canción pegadiza incluída. Me quito el sombrero ante el brillante trabajo de todos, en especial de los actores, los especialistas, la banda sonora llena de canciones moviditas y la partitura de Brian Tyler y el mismo director Justin Lin (repetiría en siguientes entregas, serían como precuelas de esta entrega, hasta el final de la última que se proyectó en cines, muy bien enlazada con la de Tokyo Race). Las mezclas de las carreras de coches, el drifting (no sé si tiene traducción aquí, pero bueno, derrapes a toda leche), la "mafia" asiática, las chicas guapas que no falten (Nathalie Kelley entre ellas), es todo un potaje que te hace pasar un ameno metraje.