Bien, de esta película cabe decir que los fondos no están nada mal. Y bueno, algo más. Ah, sí, el lince ese no me cae del todo mal, creo, al menos insulta a los otros personajes.

Por lo demás, la película resulta simplemente cómica. Me habían advertido de que se utilizaba cualquier excusa para hablar de lo chupiguayísima que es España y lo felices que somos todos los españoles. Lo que no me habían dicho es que, de hecho, no se buscan oportunidades para mencionar eso, sino que el guión entero consiste en forzar las situaciones para que nos peguen un discurso de lo bonito que es todo lo que tenemos. Les perdono, sin embargo, un plano panorámico de Valencia donde se ve La Ciudad de las Artes y las Ciencias y, un poco más allá, un paisaje de grúas y construcciones. Eh, los dibujantes tuvieron algo de picardía en ese momento, parece, porque por lo demás la famosa picaresca española no es que haga mucho acto de presencia. Y es que no podía dejar de sonreir cada vez que, tontamente, añadía líneas de diálogo con mi imaginación, extendiendo las frases de los personajes o cambiando algunas palabras, que es el tipo de cosa que uno hace cuando la película es tan aburrida. ¡Mi versión es mucho mejor, y está llena de comentarios ocurrentes y críticas ácidas! ¿Alguien se anima a producirla? Solamente habría que cambiar el guión entero.

Por lo demás, el argumento es un topicazo al estilo "encuentren ustedes las piezas sagradas y esperen a que se abra un portal". Entre los personajes está el samurai completamente neutro, el típico protagonista niño también neutro, la chica científica egocéntrica, el bichito simpático tipo Disney que acaba siendo Simba y un lince traumatizado porque lo antropomorfizaron y le robaron los órganos sexuales. Además, hay un demonio de juego de luchas de Capcom al final.

Eh, realmente es una película mala. Pues además, pretendía ser una especie de carta de invitación para que los japoneses visitasen España, una especie de intento de fusión cultural o algo así. Es cierto que hay ciertos puntillos anime horrorosos, como la horrible costumbre de cortar la pantalla y mostrar- con líneas cinéticas de fondo- las expresiones de los personajes presentes en la escena. Es un recurso narrativo propio de Oliver y Benji o Pokémon, pero hasta ahora ningún director de anime mínimamente serio lo ha utilizado en un largometraje. Por lo demás, la animación es bastante simplona, si bien de algo hecho en este país no esperaba mucho más, no tenemos precisamente los estudios de animación más excelentes del mundo, que es un detalle sobre España que la película repite constantemente. Spain is different.

¿Qué tal una segunda parte donde el samurai, el lince y Simba se pongan a pelear contra la especulación inmobiliaria, la LOGSE, los políticos ineptos, los estafadores... y salven España? Sería igual de poco realista, pero al menos veríamos ciertos deseos cumplidos en la ficción, lo cual siempre es agradable.