Haz click aquí para copiar la URL
España España · PONTEVEDRA
Voto de Skorpio:
6
Ciencia ficción. Aventuras Año 1979, en una pequeña población de Ohio. Joe Lamb (Joel Courtney), un muchacho que vive en un pueblo de Ohio, acaba de perder a su madre en un accidente y vive con su padre, que es policía (Kyle Chandler). Meses después, durante el verano, Joe y sus amigos ruedan una película de zombis en Super 8 cuando contempla cómo una camioneta se estrella contra un tren de mercancías, provocando su descarrilamiento y un terrible accidente. A ... [+]
11 de agosto de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No pocas veces en la historia del cine una película ha servido como, o al menos, han tenido el aroma de testamento fílmico de su director. Pero lo que se intuye como un caso mucho más aislado (no me atrevería a decir único) es cuando el propio heredero toma la alternativa en esa película, sin albacea por el medio, y el veterano, el padrino, el maestro (productor) cede los galones del género, y de la industria, al “novato”, al ahijado, al alumno (director y guionista). Precisamente la relación y el flujo que han mantenido Steven Spielberg y J.J. Abrams en el film que nos ocupa. Pasado/presente y presente/futuro, respectivamente, de los géneros fantástico y de ciencia-ficción para las masas, estas dos grandes mentes creativas y mercadotécnicas estaban condenadas a encontrarse.

Super 8 sirve asimismo de espaldarazo decisivo a J.J. Abrams no sólo como director de cine, sino también como autor, pese al pastiche/tributo como principal recurso “creativo” del film. Su hiperactividad televisiva reciente (también compartida por su padrino, aunque sin una presencia tan directa en el sello y la marca de los diferente productos que patrocina), con sonados fracasos (Undercovers) o abandonos creativos más allá del episodio piloto o la primera temporada (Fringe, Perdidos), provocó un cambio en la percepción de su figura, de gurú de la ficción catódica a industrial con visión. En cuanto a su aún breve filmografía como director, salvo la reinvención del universo Star Trek, carecía de hitos destacados, siendo Monstruoso más recordada por su fabulosa campaña de márketing viral que por la propia película en sí, y la tercera entrega de Misión: Imposible definitivamente olvidable.

Ojo, tampoco estamos ante una obra maestra, ni ante su consagración definitiva, pero sí ante su confirmación como cineasta a tener siempre en cuenta, y no sólo una brillante mano de Midas. Spielberg parece transfigurarse en el alma de su apadrinado, quedando patentes de principio a fin muchas constantes de su filmografía más célebre, pero con el suficiente margen de maniobra para que no se trate de un multiplagio total. En la batidora entran E.T., Los Goonies, La guerra de los mundos o incluso Parque jurásico (protagonistas infantiles/preadolescentes con traumas recientes, amenaza invisible, derrota/redención del invasor) , y J.J. aplica las necesarias especias de su cosecha propia, como las influencias del primigenio universo de Fringe o incluso de Monstruoso (el factor del metraje encontrado). El asombroso parecido entre las inocentes y asustadizas miradas del debutante Joel Courtney y del legendario Elliott de E.T. (Henry Thomas), no puede ser accidental. Si este mismo verano detectábamos en Paul una revisión de este cine en clave de parodia, ahora el homenaje toma la clave natural del original.

(continúa)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Skorpio
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow