Comparada con la primera, la realidad es que esta segunda parte es algo más flojilla. Pero como vi antes ésta que la original, pues no me resultó desagradable, es más, me encantó, más que por las interpretaciones, por la música y esos escenarios cubanos: sus calles, sus gentes, esa Cuba de los 80, tan característica y colorista.
La película más que entretenimiento, es un aconglomerado de artes: en primer lugar, su música, con ese toque afro-cubano mezclado con algo de salsa y merengue; esos bailes tan sueltos, frescos y alegres, y porqué no decirlo, esa pintura callejera que podemos observar a lo largo de la película con sus clubes tan "ligeros"
Los actores pues tirando a la baja, pero lo anterior lo atenúa y hace que no te des ni cuenta de quienes son.