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Voto de Atilio:
3
6,9
9.569
Drama. Thriller
En la noche más concurrida del año en uno de los restaurantes de moda en Londres, el carismático jefe de cocina Andy Jones trata de no derrumbarse ante una crisis personal y profesional que podría destruir todo aquello por lo que ha trabajado. La inesperada visita de un inspector de sanidad y seguridad alimentaria aumenta la presión sobre el personal mientras no dejan de llegar más y más clientes. Andy abronca y engatusa a su equipo ... [+]
4 de diciembre de 2021
25 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si uno lee la sinopsis de FilmAffinity para ver de qué va esta película llegará a la conclusión inevitable, según lo escrito ahí, de que no hay nada. Y en verdad de eso trata la historia: la nada misma. Los hermanos Marx entre otras obras maestras hicieron en 1937 “Un día en las Carreras” en la que relataban la alocada idea de comprar un caballo de competencia para apostar por él y así obtener dinero para salvar un hospital en bancarrota. Esta “Boiling Point” bien pudo llamarse “Un Día en el Restorán” en el que no ocurre ningún evento significante, y la única acción es ver cómo se maltrata al personal de cocina, a los clientes y a la propia familia del propietario. Eso es todo.
No existe una progresión dramática, ni descripción psicológica de personajes, ni análisis argumental de una trama que tampoco existe. Solamente los gritos, las irrespetuosidades, el desprecio y la tiranía del jefe de cocina para con el personal a su cargo, a quien somete como si se tratara de un reality al estilo Master Chef y su mimetización con el conocido déspota de “Pesadilla en la Cocina” Alberto Chicote. Los subordinados responden a coro “sí Chef” igual que en el conocido programa de competencia culinaria y son presionados al máximo con la velocidad, como si la prisa en cocinar tuviera alguna relación con la calidad del resultado. Con la excusa de mantener los estándares de higiene al máximo se muestran los entretelones de una cocina profesional y la elaboración de platillos más o menos sofisticados, tal vez el único interés para aquellos amantes de la gastronomía. Asimismo se muestran varias incongruencias (no sé si por descuido o deliberadamente, y poco importa saberlo), algunas de las cuales se detallan en la zona Spoiler.
Una hora y media de un argumento plano que además tiene berretines formales a lo Sam Mendes o Alejandro González Iñárritu, haciendo que la película aparente transcurrir en un único plano secuencia sin ninguna razón que lo justifique estéticamente. Bueno, en realidad hacer referencia a la “estética” en esta obra tal vez sea una falta de respeto. Para con la estética, claro. La permanente movilidad de la cámara dentro de un mismo recinto de interiores, con muy escasa iluminación y prácticamente ausente de relato con algún interés, requieren un enorme esfuerzo del espectador para llegar al final sin dormirse.
Banal el planteamiento del guión, sin casi nada que contar y con algún objetivo de la realización que no he podido pillar. Absolutamente prescindible.
No existe una progresión dramática, ni descripción psicológica de personajes, ni análisis argumental de una trama que tampoco existe. Solamente los gritos, las irrespetuosidades, el desprecio y la tiranía del jefe de cocina para con el personal a su cargo, a quien somete como si se tratara de un reality al estilo Master Chef y su mimetización con el conocido déspota de “Pesadilla en la Cocina” Alberto Chicote. Los subordinados responden a coro “sí Chef” igual que en el conocido programa de competencia culinaria y son presionados al máximo con la velocidad, como si la prisa en cocinar tuviera alguna relación con la calidad del resultado. Con la excusa de mantener los estándares de higiene al máximo se muestran los entretelones de una cocina profesional y la elaboración de platillos más o menos sofisticados, tal vez el único interés para aquellos amantes de la gastronomía. Asimismo se muestran varias incongruencias (no sé si por descuido o deliberadamente, y poco importa saberlo), algunas de las cuales se detallan en la zona Spoiler.
Una hora y media de un argumento plano que además tiene berretines formales a lo Sam Mendes o Alejandro González Iñárritu, haciendo que la película aparente transcurrir en un único plano secuencia sin ninguna razón que lo justifique estéticamente. Bueno, en realidad hacer referencia a la “estética” en esta obra tal vez sea una falta de respeto. Para con la estética, claro. La permanente movilidad de la cámara dentro de un mismo recinto de interiores, con muy escasa iluminación y prácticamente ausente de relato con algún interés, requieren un enorme esfuerzo del espectador para llegar al final sin dormirse.
Banal el planteamiento del guión, sin casi nada que contar y con algún objetivo de la realización que no he podido pillar. Absolutamente prescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una repetida argumentación insiste en la “barbaridad” de que una cocinera se lave las manos en la misma pileta en la que se lavan los alimentos, mientras que el resto de los cocineros prueban el punto y el sabor de la salsa que están haciendo con la misma cuchara con que revuelven en la cacerola y siguen usándola luego de haber pasado por la boca del degustador.
La extrema precaución de usar guantes para manipular los alimentos no se condice con la ausencia de gorros o cofias que mantengan el cabello sujeto sin que caiga en las preparaciones.
Hay algunos primeros planos de la acción de emplatar en la que el acomodo de las piezas en la bandeja se hacen a mano descubierta (sin guantes) e incluso la participación de dos y hasta tres personas en el mismo plato.
La extrema precaución de usar guantes para manipular los alimentos no se condice con la ausencia de gorros o cofias que mantengan el cabello sujeto sin que caiga en las preparaciones.
Hay algunos primeros planos de la acción de emplatar en la que el acomodo de las piezas en la bandeja se hacen a mano descubierta (sin guantes) e incluso la participación de dos y hasta tres personas en el mismo plato.