Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Señor Ambiguo:
7
Ciencia ficción. Terror. Fantástico En una estación experimental remota de la Antártida, un equipo de científicos de investigación estadounidenses ven cómo en su campamento base un helicóptero noruego dispara contra un perro de trineo. Cuando acogen al perro, éste ataca brutalmente tanto a los seres humanos como a los caninos del campamento, y descubren que la bestia, de origen desconocido, puede asumir la forma de sus víctimas... (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que se trate de una de las cintas de ciencia-ficción más interesantes de la historia. El motivo es simple: su argumento es tan misterioso como aterrador. Nunca una película podría definir tan brutalmente la imperante maldad y peligrosidad del ser humano cuando a éste se le pone en peligro. Y es que el miedo es la contraposición al amor, siendo así la "otra" fuerza más poderosa de la que disponemos. Hablamos de algo contagioso, pegajoso y que si te aferras mucho a él, te envenena el pensamiento, destrozando tu cordura.

Y yo no estoy aquí para explicar nada más sobre el filme. Todo está dicho. Hoy me he levantado por cuarta vez por un extraño motivo que creí ideal para contar en estas fechas de Halloween y, evidentemente, en esta película. Aviso, no hay monstruos ni alienígenas. Pero hay miedo, y es muy real.

Me está ocurriendo algo grave. He tenido que incorporarme tras una hora de sueño por pesadillas terribles. El proceso se ha repetido varios días, creo que van cuatro seguidos. ya. Mi mente consciente cuando va a dormirse sabe que va a sumirse en el horror abstracto y puro, y así sucede. Ya temo incluso dormirme. Siento como la realidad se me deforma y algo se pone encima de mí, me aplasta, o me arrastra hacia algún lugar con desconocidas intenciones. Ese algo ni siquiera es alguien. Ni siquiera es algo. No obstante, es poderoso y terrorífico. Mis músculos no responden y mi cuerpo está estático. Me he distanciado de él, ya es como si no fuera mío. Intento gritar socorro a mi madre, pues es la única que podría oírme en esta casa. Pero no responde y tengo que hacer un esfuerzo sobre-humano para tomar conciencia de mí mismo y mi capacidad para gritar. Y, finalmente, despierto y grito. Lo más aterrador, es que el punto de visión que tenía en el sueño, era el mismo que tenía al despertarme. El ente extraño sé que permanece ahí para volver cuando mi cuerpo me pida dormir. Temo que sea algo ajeno a mí, pero me aterra aún más la idea que os rondará a la cabeza al leer esta confesión: sí, que sea yo mismo.

Dicho esto, me vuelvo a la cama.

Buenas noches.
Señor Ambiguo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow