La idea en un principio es como mínimo muy interesante, pero desde el principio hasta casi el final no nos cuentan nada muy especial, un guión bastante lineal y quitando algún momento, muy aburrido.
Sin contar los últimos 30 minutos (todo lo demas son unos 80 minutos) nos cuentan, con alguna pequeña excepción, la vida de un grupo de adolescentes borrachos y, para que engañarnos, bastante estúpidos.
Lo único a destacar son las más que sobresalientes actuaciones de Hilary Swank y Chloë Sevigny, es cierto que si lo hubieran desarrollado de otra forma habríamos tenido una película con un tema muy interesante y con polémica, pero al final lo único que consigue Kimberly Peirce es dejarnos una película mediocre y a medio hacer.